Los famosos quelites son aquellas hojas o flores comestibles; y en nuestro país hay alrededor de 500 especies.
Su textura es suave, pero sin duda, dan mucho sabor y son realmente nutritivos. Por eso, son ingredientes esenciales para preparar una gran variedad de platillos mexicanos.
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Su nombre proviene del náhuatl quilitl, que significa verdura. Y entre los más populares están los alaches, los huazontles, el chilacayote, los quintoniles y las verdolagas.
Además de la flor de calabaza, los chepiles, el pápalo, los romeritos, el epazote, las violetas, las malvas, etc. Sin embargo, su consumo ha bajado mucho últimamente.
¿Por qué comer quelites?
En primer lugar, porque tienen muchas propiedades benéficas. Por ejemplo, son buenísimos para la gastritis; pues la previenen o ayudan a controlarla. Y son una gran fuente de vitaminas y minerales.
Además, con ellos se puede cocinar de todo. Se ocupan como guisado; o bien, para dar sabor a la comida. Puedes preparar unos tamales de chepil, un rico cerdo en verdolagas o unas exquisitas quesadillas de flor de calabaza.
También hay otras especies que se comen crudas. ¡Hay cientos de opciones!
Cocinar con quelites es preservar la cultura
Su valor gastronómico y nutricional es muy importante. De hecho, existe un recetario que lleva por título: “Quelites: sabores y saberes del sureste del Estado de México”.
Este fue el resultado de la recopilación de investigadores del Instituto de Biología y de la Facultad de Química de la UNAM. Un trabajo de campo arduo pero delicioso.
En él encontrarás los 22 quelites más consumidos de la región. Así como más de 50 recetas de mujeres originarias de los municipios de Atlautla, Ozumba, Tepetlixpa y Juchitepec. Puedes encontrarlo en el Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM.
Recuerda que al cocinar con quelites obtendrás grandes platillos nutritivos con olores y sabores únicos. Pero también ayudas a preservar la extensa cultura gastronómica de México.