Adobado, al pastor o al caldillo, el cabrito es uno de los platillos tradicionales más ricos que hay en la región de Nuevo León ¡Es riquísimo!
El nombre de este platillo se debe a que para su preparación, se utiliza una cría que no tenga más de 35 días de nacido y que haya sido alimentado únicamente con leche. Estas características hacen que el cabrito sea sumamente suave y delicioso.
Su llegada a México
El cabrito es un alimento antiquísimo. Fue consumido por los egipcios, griegos, romanos y civilizaciones del medio oriente. De esta manera, ha ido trascendiendo en la historia hasta llegar a nuestros días.
Este platillo llegó a nuestro país gracias a los españoles que trajeron a México este animal. Ellos habían acogido esta tradición de los judíos sefarditas que vivían en la península ibérica.
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Esta tradición se convirtió en el resultado del mestizaje gastronómico de diferentes culturas. Y aunque en diferentes partes del mundo se prepara el cabrito ¡ninguno es como el sazón mexicano!
El rito de su preparación
Para quienes se dedican a preparar cabrito, este proceso es un rito que inicia con el sacrificio del animal. Después de realizar unos cortes, este es colocado en una pileta para que se remoje y absorba toda la sal.
Posteriormente, es cocinado lentamente al carbón y se le ensartan varillas de manera transversal. Después es pasado a las brasas por un par de horas a una temperatura de 150 grados. Una vez cumplido el tiempo, queda listo para comerse.
Acompañado con unos ricos frijoles charros y una deliciosa cerveza fría, el cabrito comienza a servirse.
Ya sea que te toque comer paleta, piernas, pecho o riñonada -la parte más rica del cabrito- ¡seguro disfrutarás de un buen taquito!