Uno de los ingredientes que nunca puede faltar en la cocina mexicana desde tiempos inmemorables es el chile. Desde la época prehispánica el chile fue el sustento alimenticio de diversas culturas, tanto así, que quedó plasmado en diversos códices y tratados de la época.
Aún ahora, este suculento y nutritivo manjar forma parte de nuestra dieta diaria. Ya sea picado, en rajas, salsas, moles o como platillo principal. El chile en México sin duda se ha convertido en un símbolo de identidad y sabor que representa a toda una cultura milenaria.
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Un platillo, diferentes versiones
El chile en nogada es originario del estado de Puebla, de ahí que se utilicé el chile poblano para su realización. Este platillo es uno de los más famosos y patrióticos, sin embargó, su origen es incierto.
Existen varias leyendas que cuentan su origen, pero una de las más famosas dice que fue creado por las monjas agustinas de Puebla. Esto con el fin de celebrar la Independencia de México y al nuevo gobernante Agustín de Iturbide.
Para su realización se dice que las monjas combinaron colores y sabores de temporada que recordaran las raíces de nuestro país. Como la granada y la nuez de castilla, que además, sirvieron para honrar el ejercito Trigarante. Pues los colores de su bandera estaban compuestos por el verde, blanco y rojo.
Una versión distinta redactada por el escritor Artemio de Valle-Arizpe dice que en el ejercito Trigarante existían tres hombres que tenían tres hermosas novias que esperaban ansiosas por su regreso.
Cuando se enteraron que estaban de vuelta se dispusieron a crear un platillo que los honrara. Cada una eligió un ingrediente diferente que representara el color del ejercito dando como resultado el chile en nogada.
El chile poblano recibe diferentes nombres dependiendo del estado. En Jalisco es llamado chile gordo, y en el estado de México es conocido como chile jaral.
Cabe destacar que cuando este chile se seca se convierte en chile ancho o mulato.
Si después de leer su extraordinaria historia te ánimas a prepararlos, entonces te dejamos la receta.
Ingredientes
6 chiles poblanos, asados, pelados y desvenados
1/2 kg de carne molida (la mitad de res y la mitad de cerdo)
cebolla picada
1/2 taza de puré de jitomate
3 cdas. de almendras picadas
3 cdas. de piñones
1 durazno pelado y picado en cubos
3 cdas. de pasas
1 pera pelada y picada en cubos
1 plátano macho picado en cubos
4 cdas. de aceite
1 taza de harina
4 claras de huevo
Aceite para freír
- Para la salsa
100 g. de nueces de Castilla peladas
50 g. de queso de cabra
1/2 litro de leche
1/4 de taza de oporto
- Para servir
1 taza de granos de granada china
1/2 taza de perejil
Paso a paso para el chile en nogada
En una olla grande calienta el aceite y fríe la cebolla hasta que esté transparente. Agrega el plátano y dóralo un poco, después continúa con la pera y el durazno. Retira de la sartén y reserva.
En otra sartén fríe la carne. Cuando comience a dorar, vierte el puré de jitomate junto con las pasas, almendras y piñones. Cocina a fuego bajo por 15 minutos y adiciona a la preparación anterior.
Bate las claras a punto de nieve y añade las yemas. Rellena los chiles con el picadillo dulce, pásalos por harina y luego por el huevo.
Fríelos en aceite caliente, girándolos para que doren por todos lados. Sácalos y colócalos en papel absorbente hasta que termines y reserva. Muele las nueces limpias, incorpora el queso y el oporto.
Para servir, coloca un espejo de salsa, luego un chile relleno y baña con más salsa. Termina decorando con la granada y un poco de perejil.