El cacao es una planta milenaria. Si bien proviene del Amazonas, cuando llegó a Mesoamérica gozó de una gran popularidad entre los habitantes, especialmente en el río Grijalva de Tabasco. De hecho, ahí se produce alrededor del 70% del cacao nacional; por eso, es considerada una de las regiones más importantes en la industria cacaotera.
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Alimento de los dioses
En la época prehispánica su fama fue tal, que era consumido sólo por gobernantes y guerreros de renombre. Tenía valor no sólo por su delicioso sabor, también por ser un símbolo de riqueza. Ya que se usaba como moneda de cambio y era el tributo más rico para los dioses.
El cacao en bebida era todavía más sagrado. Se elaboraba a base de cacao, maíz, pimienta, canela y vainilla. Pero sólo unos pocos podían degustarla.
Cuando los españoles llegaron a conquistar, también se llevaron nuestros alimentos, entre ellos el cacao, aunque ya como chocolate. Palabra que, por cierto, proviene del náhuatl xocolatl y se obtiene de la mezcla de azúcar con pasta y manteca de cacao. Fue así que, poco a poco, se volvió uno de los regalos más codiciados en toda Europa.
El cacao de Grijalva
Actualmente, México posee una de las tres especies de cacao que existen en el mundo. Esta especie se conoce como criolla y es una mezcla que nació de varias fusiones de cacao.
Como mencionamos anteriormente, Tabasco es uno de los principales productores de este delicioso alimento. Tanto así, que en el año 2016, el cacao Grijalva obtuvo su Denominación de Origen.
Una de las características por las que le otorgaron este reconocimiento es por la calidad de producción; ya que se cultiva en selvas domesticadas. Éstas son un tipo de vegetación creada por el hombre de manera tecnificada. Y beneficia al cacao en cuanto al aroma, sabor y consistencia.
¿Qué lo hace tan especial?
Según la Declaración General de Protección de la Denominación de Origen, la zona de Tabasco posee la altura, humedad, temperatura, variedad de árboles ideales para la producción.
Además, gracias al conocimiento del hombre sobre la tierra y el cuidado del cultivo de la planta, la calidad del “Cacao Grijalva” es única.
Este reconocimiento es todo un orgullo, y mantener su consumo también debe ser prioridad. No olvides consumir cacao y chocolate local, pues como te diste cuenta, su elaboración es todo un ritual.