Uno de los héroes nacionales más reconocidos a lo largo de la historia es, sin duda, Benito Juárez. Seguro recuerdas una de sus frases más reiteradas por la sociedad mexicana: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
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Cada 21 de marzo, se recuerda el aniversario de su nacimiento y en cada escuela del país, se conmemora su natalicio. Este personaje consolidó al país como hoy lo conocemos y marcó un antes y después en la Historia de México.
“La democracia es el destino de la humanidad; la libertad su brazo indestructible”
Benito Juárez nació el 21 de marzo de 1806, en San Pablo Guelatao, Oaxaca. Durante su niñez tuvo muchas precariedades, convirtiéndose en una persona autosuficiente. Todos los días estudiaba por sí mismo, hasta que llegó a la ciudad de Oaxaca, donde ingresó al seminario. Ahí concluyó estudios de latín, filosofía y teología, que le permitieron el ingreso al Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, donde, en 1834, logró la licenciatura en Jurisprudencia. En 1857 fue electo Presidente de la Suprema Corte de Justicia, y más tarde, en 1858, se convirtió por primera vez en Presidente de la República. Esto tras el autogolpe de estado de Ignacio Comonfort, quien decidió aliarse al Plan de Tacubaya.
Un decreto de honor
De hecho, a este héroe nacional también se le conoce como el Benemérito de las Américas, reconocimiento que recibió en América Latina debido a sus triunfos durante la intervención francesa, entre 1862 y 1867, los cuales evitaron que Europa invadiera tierra americana. Este mismo decretó lo reconoció como un hombre de invaluables virtudes y ejemplo a seguir para todos los ciudadanos.
Cabe resaltar que fue el primer y único presidente de origen indígena de México. Sus raíces son de origen zapoteco. Su mandato duró de 1857 a 1872, dividido en 5 periodos. Además, creo el Despacho de Instrucción Pública y de Fomento, hoy conocido como Secretaría de Educación Pública (SEP).