La sal es un condimento obligado en cualquier cocina del mundo. Proporciona a los alimentos uno de los sabores más básicos; el salado. Sin embargo, existen muchos tipos de sal según su procedencia como la sal marina y la de manantial. En Zapotitlán, un lugar ubicado al sur de Puebla, se elabora una sal orgánica y ancestral que se obtiene de manera natural. Además, se potencia con orégano, chile, ajo y otros ingredientes que la vuelven deliciosa. Pero debido al costo tan bajo en que se comercializa, este producto milenario podría desparecer en pocos años.
Así como lo lees. Este trabajo artesanal, que ha estado presente desde la época prehispánica entre los habitantes y que requiere 2 meses de labores podría dejar de existir. Los seis pesos que les pagan a los intermediarios por cada litro de su producto imposibilita una ganancia real para los productores involucrados y para la rehabilitación de los salineros existentes en la zona.
Lo anterior da como resultado que sólo el 50 por ciento de los productores siga manteniendo la tradición que data de hace más de 2 mil años. Ésto minimiza el tiempo, el cuidado y las inversiones salineras.
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“Desde hace tiempo han tratado de difundir lo que realmente significa este producto orgánico. El cual posee muchas propiedades y es elaborado 100 por ciento de manera artesanal, pues a pesar de todo el tiempo invertido y el trabajo el litro solo llega a costar 7 pesos”. Así lo explicó Juan Diego Hernández Cortés, productor de sal e integrante de la organización Slow Food México.
¿Cómo se obtiene?
La sal de Zapotitlán o sal prehispánica se obtiene de la evaporización del agua y su posterior cristalización. Es decir, se extrae de las cuencas, un lugar donde el agua no tiene salida hacia el océano. Así, cualquier lluvia que caiga en la cuenca permanece allí y abandona el sistema por filtración o evaporación, lo que contribuye a la concentración de sales.
Algunas de las propiedades que esta sal contiene son calcio, potasio y bicarbonato. Según los trabajadores, la sal es como un fósil y además puede ser consumida por personas que tienen restricciones muy puntuales en su dieta.
Actualmente, los productores están en busca de mercados que les ayuden a revivir su oficio. Por ahora, Tehuacán es un principal objetivo. Nosotros, podemos ser parte del cambio y empezar a consumir la sal de Zapotitlán, que además de nutritiva y deliciosa es cien por ciento de origen ancestral mexicano.
Foto Destacada: pueblados22.mx