A fin de año, en Navidad, es tradicional comer buñuelos bañados con miel de piloncillo. Son perfectos para la época de frío. Pero la historia de este postre mexicano se remonta a épocas antiguas y aquí te la contamos.
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Origen y evolución de los buñuelos
En realidad, existen varias teorías sobre su origen. Algunos aseguran que provienen de países del mediterráneo y que los romanos preparaban un postre similar. También se dice que al inicio les llamaban “puñuelos” porque la masa la preparaban con los nudillos de los puños.
En el siglo XVI, los árabes que estaban en España se deleitaban con buñuelos de agua miel. De igual manera, se trataba de una masa frita en aceite a la que se le agregaba miel hirviendo. Y lo comían personas de bajos recursos.
Durante la conquista, este postre llegó a México y varía según la región. Algunos les espolvorean azúcar y canela y lo acompañan de jalea de guayaba, tejocote o naranja. Asimismo, hay quienes los comen con cajeta o leche condensada. Otros los espolvorean con azúcar glas y un toque de vainilla. Es cuestión de gustos también.
Asimismo, son diferentes los tamaños y las formas. A veces los encontramos más delgados. Por ejemplo, en el norte son un poco más grandes.
Su aroma a canela y su dulzura crujiente
Los buñuelos son muy comunes en las posadas y fiestas decembrinas, pero también en otros tipos de fiestas. Siempre hay ocasión para prepararlos y disfrutar de su dulce sabor y crujiente textura.
Si bien, también son tradicionales en diversas festividades de España y otros lugares, en México son de los postres más clásicos. Por eso aquí te dejamos una receta para elaborarlos.
Ingredientes (receta para 14 buñuelos):
• 2 tazas de harina
• 2 huevos
• ½ taza de leche entera
• ½ taza de mantequilla
• 2 tazas de azúcar
• ½ sobre de polvo para hornear
• Una pizca de sal
• Aceite vegetal
• Canela molida (al gusto)
Prepáralos
Para empezar, forma una montaña de harina y haz un hoyo en el centro. Agrega los huevos, la leche, la mantequilla derretida, sal y el polvo para hornear justo en el centro.
Luego, mezcla todos los ingredientes con mucho cuidado y ve integrando la harina gradualmente. Después, amasa hasta que la mezcla quede suave y golpea la masa varias veces.
Ahora forma los círculos para los buñuelos y fríelos en aceite. Posteriormente, colócalos en un papel absorbente para quitar el exceso.
¡Atención! No los dejes tanto tiempo. Pues deben quedar ligeramente dorados. Y para cortar los círculos puedes apoyarte de un recipiente grande y redondo. O bien, haz bolitas de masa y expándelas con un rodillo. Deben quedar lo más delgado posible.
En un plato revuelve canela con azúcar y pasa los buñuelos fritos por esa mezcla.
Para la miel
• ½ kilo de piloncillo (puedes sustituirlo con azúcar morena)
• 2 barritas de canela
• 3 clavos enteros
• 2 tazas de agua
Calienta el agua en un sartén con teflón y agrega todos los ingredientes. Deja que se disuelvan y mezcla hasta que se forme la miel.
Ahora sí, a disfrutar en familia de tus buñuelos con un poco de miel. Un crujiente, dulce y sabroso postre típico.
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