Una cocinera que da de qué hablar en el mundo es Abigail Mendoza. Gracias a su talento nato en la cocina es posible preservar recetas que se transmiten de generación en generación.
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Representante de gastronomía zapoteca
Orgullosamente oaxaqueña y originaria de Teotitlán del Valle, Abigail se convirtió en una digna representante de la gastronomía zapoteca. Aunque nunca tuvo una formación y experiencia en restaurantes, posee un talento que heredó de sus ancestros.
A los cinco años tuvo su primer metate y comenzó a hacer tortillas. Luego, aprendió de su madre otras recetas y ayudaba a preparar comida durante las fiestas de su pueblo.
Así, no sólo sus recetas son deliciosas, sino que abrió un restaurante: Tlamanalli, que significa Dios de la comida en náhuatl. Éste estuvo entre los mejores restaurantes de 1993, según The New York Times.
Por esto y más, en el extranjero suena su nombre, e incluso, Vogue México la homenajeó el año pasado.
Para Abigail es importante dar difusión a la cocina y cultura oaxaqueña. Pues el turismo es de las principales fuentes de trabajo en su estado y la comida siempre llama la atención.
Chocolate atole, preparación de meses
Durante el tercer Encuentro de Cocineras Tradicionales, que se realizó el año pasado, compartió recetas de su tierra. Ahí impartió un taller de chocolate-atole, un tesoro de la gastronomía zapoteca que aprendió a hacer desde los 16 años.
Se trata de una bebida prehispánica que se prepara con cacao blanco y rojo, trigo, arroz y canela. Y es que la preparación no es tan simple, pues el cacao blando debe fermentar durante seis meses en un horno de tierra. Después se asa junto con el resto de los ingredientes y se muelen en un metate.
Por lo mismo, esta bebida no se encuentra en locales o restaurantes tan fácilmente. Solamente se prepara en fiestas y ocasiones especiales.
Abigail Mendoza y la Cocina Tradicional de Oaxaca, legado ancestral
Sin duda, ver cocinar a Abigail es conocer más sobre nuestras raíces. Prácticamente son rituales, ya que a los ingredientes los tratan con sumo respeto desde su cultivo.
Y es que la cocina, así como el compartir la comida, tiene un significado más profundo. Pues el compartirla con la familia, es algo que lleva a la felicidad.
Gracias a las cocineras tradicionales como Abigail, el legado gastronómico tan rico de Oaxaca puede conservarse.
FOTO PRINCIPAL: VOGUE MÉXICO