A diferencia de lo que mucha gente cree, el eliminar ciertos alimentos de una dieta más que beneficios lo que trae consigo son consecuencias negativas para nuestra salud. Un ejemplo muy claro es el pan, cuyo consumo aporta a nuestro organismo una gran variedad de nutrientes y nos proporciona energía para estar activos a lo largo del día.
El no comer pan en busca de bienestar, sobre todo bajar de peso, es en realidad un mito, el cual es confrontado por la ciencia; a continuación te contamos algunos de sus beneficios:
- Proporciona energía: Debido a su alto contenido en hidratos de carbono el pan es de gran ayuda para el organismo al aportar la energía para nuestro día a día. Para los deportistas es combustible, además de que retrasa la fatiga.
- Favorece la buena digestión: El pan se encuentra dentro del grupo de cereales y destaca por su alto contenido en fibra que ayuda a mejorar el tránsito intestinal y a tener una buena digestión.
- Auxiliar para perder peso: El pan no solo no engorda sino que además se recomienda su inclusión en dietas de adelgazamiento, según un estudio realizado por el Hospital Universitario La Paz; el pan integral cuenta con un poder saciante, por lo que ayuda incluso en la pérdida de peso al provocar una menor ingesta de otros alimentos.
- Combate las enfermedades cardiovasculares: De acuerdo a un estudio de la Universitat de Barcelona el pan tiene la capacidad de reducir los niveles de colesterol malo (LDL), lo que conlleva la mejora de la salud cardiovascular de las personas que lo toman dentro de una dieta equilibrada.
- Efectivo contra la diabetes: El pan previene la aparición de diabetes tipo 2 porque hace que disminuya la concentración y demanda de insulina. El pan integral cuenta además con un índice glucémico bastante bajo.
Por todo lo anterior, el eliminar el pan de nuestra dieta no sólo es error, sino un atentado contra nuestra salud, ya que nos brinda beneficios que ningún otro alimento nos da.