Tlacotalpan es un pueblo cercano a la costa del Golfo de México, ubicado en la región sureste de Veracruz. Además de su rico entorno natural, lo que caracteriza a este pintoresco poblado es su armoniosa arquitectura y trazado urbano, que le valieron entrar a la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1998.
Tlacotalpan proviene de los vocablos náhuatl “Tlácotl”, que quiere decir jarra o verdasca; “Tlalli” que significa tierra; y “Pan”, cuyo significado es encima. Puede interpretarse como “en la tierra de las jarillas” o “tierra entre las aguas”.
Esta localidad se encuentra regada por los ríos San Juan y Tuxpan que desembocan en el río Papaloapan. Las calles anchas tienen una orientación paralela al río que se combinan a la perfección con el colorido de las casas. Con tonalidades naranja, amarillo, azul, rosa y rojo, entre otros.
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Tlacotalpan patrimonio mundial
Entre los monumentos que hacen de este poblado un Patrimonio Mundial, destacan el Malecón de la Ribera, las plazas Colón y de Armas. Además el kiosco Morisco, el Museo Salvador Ferrando, entre otros. La plaza principal tiene un peculiar piso de mármol y está rodeada de bellos edificios como el Palacio Municipal. La parroquia de San Cristóbal y la capilla de la Candelaria, cuya construcción data del siglo XVI.
Otros sitios atractivos de Tlacotalpan son la plaza de doña Marta, el Museo Agustín Lara (quien nació aquí), y el mercado Teodoro A. Dehesa.
La historia de esta localidad es vasta. Pues los primeros pobladores de esta región fueron los totonacas en el siglo XII. En tanto que, durante la conquista de México, Pedro de Alvarado realizó expediciones sobre el río Papaloapan y tuvo el primer contacto con los habitantes de la zona. Para el siglo XVI, el surgimiento de haciendas como la de San Juan Zapotal y La Estanzuela, impulsaron el desarrollo de la región durante la época colonial.
Quienes visitan Tlacotalpan se llevan una experiencia muy agradable. Además del colorido de sus calles y gente, disfrutan de caminatas a la orilla del río. También pueden disfrutar de viajes en lancha. Y, por supuesto, de la deliciosa gastronomía de la región.