No importa si vienes del extranjero o del interior de la República, si estás a favor o en contra, la charrería de Hidalgo es una experiencia que todos deberíamos de experimentar. Esta practica, dio lugar al traje de charro que ha dado identidad y representatividad al País, ya que donde ven un sombrero de charro ahí está México.
¿No sabes qué es?
No hay problema, aquí te explicamos un poquito en qué consiste esta práctica de principios del siglo XX. La Charrería es una práctica de la equitación con un toque mexicano y de las diversas formas de jaripeo. A su vez, es una de las tradiciones mexicanas más representativas de nuestra cultura, en ella se busca exaltar y representar el valor, la intrepidez y la hombría del charro.
Es tanto la popularidad y los años que lleva esta práctica que se convirtió en patrimonio mundial de Hidalgo, y en un alto atractivo turístico. Para que te des una idea de la cantidad de importancia que representa para nosotros, este deporte se transmite de generación en generación, los conocimientos y arreos son transferidos desde los abuelos y bisabuelos, creándose familias de muchísima tradición.
Tanto que en lugares como, Apan, Tepatepec, Huichapan, Hidalgo, Pachuca (siendo este último en donde se practica a un nivel altamente competitivo) puedes vivir la experiencia de la Charrería. Además, este deporte nacional por excelencia dio a conocer la apertura de una escuela de charrería, la cual, hasta al momento cuenta con 50 alumnos.
Fotos: Federación Mexicana de Charrería
¿Sabías que?
Como dato curioso; en la primer visita del Papa Juan Pablo II a nuestra querida chilangolandia, allá por el año 1979, uno de los charros más representativos del país realizó una vistosa y preciosa exhibición que dejó sorprendido y maravillado tanto al Papa como a toda la gente que ese día se dieron cita en el Lienzo Charro del Pedregal. Representando así a nuestro México lindo y querido.