La gran diversidad de dulces típicos que existen en México son resultado de la mezcla de culturas. Los encontramos de muchas formas, colores y sabores, desde los más sencillos hasta los más elaborados. Uno de ellos es el pirulí o chupirul, caramelo duro cuya forma y colores son su principal distintivo.
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La energía del azúcar
Desde la época prehispánica había dulces. Éstos servían para proveer un poco de energía durante largos viajes y se elaboraban con pulpas de fruta, cereales y miel.
Con el tiempo se introdujeron nuevos ingredientes provenientes de otras partes del mundo, o bien, evolucionaron algunas recetas. Así, las mieles se empezaron a sustituir por la caña de azúcar y nacieron varios tipos de endulzantes.
Por otro lado, gran parte de los dulces tradicionales mexicanos nacieron en los conventos. Por eso, hoy en día, la canasta de los dulces mexicanos es extensa y hay para todos los gustos. Algunos varían según la región donde los preparen y unos son más famosos que otros.
Pirulí o chupirul, caramelo de muchos colores
Lo que destaca del pirulí, también conocido como chupirul, es su forma de cono y sus llamativos colores. También es conocido en otros países de Latinoamérica, donde recibe otros nombres.
Aquí los encuentras de diferentes tamaños y están envueltos en celofán. Eso sí, puedes tardar varias horas en comerlo por su tamaño y dureza.
Para elaborarlo, se utiliza principalmente azúcar, que se disuelven en agua caliente. Luego, se deja calentar por 40 minutos (aproximadamente) a una temperatura alta para que quede a punto bola (estado del almíbar). Así se va a formar el caramelo.
Este proceso se hace en diferentes cacerolas para poder pintar cada una con un color. Después se colocan unas gotas de esencia de naranja, limón o fresa y se revuelve la mezcla.
Posteriormente, se forma un cucurucho con papel celofán. Aquí puedes pegar la punta con un poco de cinta para evitar que se abra. Poco a poco, se vierten las mezclas del caramelo. Primero un color y después de unos segundos, se vierte el otro.
Al final tendrás tu pirulí, caramelo duro lleno de color.