Si de dulces típicos se trata, los mexicanos tenemos el primer lugar en ricura y variedad. Pero sin duda, hay uno que es digno de presentar: la cachetada.
Se dice que este dulce es originario de Jalisco. Y, si bien su nombre causa risa, no puedes negar que fueron parte importante de tu infancia. Seguro recuerdas cómo su chicloso y acidito sabor te esperaba a la salida de la escuela en cualquier puesto con lona.
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¿Cómo son?
En resumen, la cachetada consiste en una capa de caramelo brillante puesta entre dos pedazos de plástico. Es como una enorme paleta delgada y flexible pegada a un papel, que, gracias a su forma, cada quién puede doblar a su manera.
Sus sabores y colores son muy variados; hay de limón, tamarindo, fresa, piña, y mora azul. Aunque, si tienes suerte, puedes encontrar todos estos sabores, pero con chile.
El arte de comer cachetada
Sin embargo, comerlas es todo un arte. Algunos prefieren hacerla bola y disfrutarla como sea. Mientras que otros, eligen sacarla limpia y cuidadosamente del papel que las protege para formar una paleta.
¡Pero sorpresa! No siempre es posible despegarla intacta. El truco es hacerle tres dobleces horizontales y cuatro más verticales, pegando extremo con extremo. Y así, hasta formar un pequeño cuadrado. Con este proceso se podrá desprender un poco más fácil.
Quizá recuerdas cómo aquellos que intentaban está técnica sin éxito, debían lamer el dulce hasta que se deshiciera por completo. Sin duda, nos traen muy buenos y divertidos recuerdos.
¿Dulce extinto?
Hoy en día, este delicioso dulce es difícil de encontrar. Mucho tiene que ver con que las nuevas generaciones no conocieron su curiosa textura. Además, porque ahora prefieren otro tipo de dulces y fue quedando en el olvido. Pero, si buscas bien, te aseguramos que darás con algunas cachetadas y revivirás tu dulce infancia.