Los Nahuales, animales sagrados con poderes nocturnos

Nuestro pasado prehispánico está lleno de magia, secretos y muchos, pero muchos seres sobrenaturales. Sin embargo, dentro de todo el repertorio místico existe un ser que merece toda nuestra atención y es el Nahual.

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¿Qué es un nahual?

El término viene del náhuatl nahualli, que quiere decir “oculto”, “escondido” o “disfraz”.

Si bien muchos piensan que se trata de un ente externo, en realidad el Nahual es un humano capaz de convertirse en diversos animales fantásticos.

Este poder interno no se aprende ni se hereda, sino que se adquiere por defecto al nacer. Es algo así como un don sagrado que sólo unos pocos llegan a desarrollar durante su vida.

La transmutación sucede sólo en la noche, pues la oscuridad es quien da la bienvenida a estas fuerzas. Además, el guardián de estas criaturas es Tezcatlipoca, conocido como el señor de la noche.

Niveles de transformación

Algunos se vuelven coyotes, jaguares, águilas o perros. Durante sus recorridos pueden llegar a pelear con otros nahuales o bien, con fuerzas invisibles que quieran hacer el mal. Según los pobladores, se dice que muchos aprovechaban para robar semillas y gallinas.

En algunas culturas antiguas, se creía que cada hombre tenía un animal protector que lo guiaba y lo cuidaba en forma de espíritu. En algunos casos, estos se llegaban a manifestar a través de sueños o gustos por algún tipo de animal en específico.

Pero como ya lo mencionamos anteriormente, pocos son los que llegaban a tener un control más íntimo e intenso con sus criaturas.

El oficio más sagrado del pasado

En los tiempos antiguos, la mayoría de los chamanes tenían este poder. Pero sus capacidades iban todavía más allá, pues sus nahuales presagiaban desastres, curaban, y manejaban elementos como el agua y la tierra.

Además, sus sentidos estaban altamente desarrollados, pues se dice que tenían habilidades como la visión del águila, oído de ocelote y olfato de lobo.

Desafortunadamente algunos no utilizaban sus dones para hacer el bien, de ahí las luchas eternas entre nahuales.

En México, la tradición aún existe en pueblos lejanos, pues afirman la existencia de los nahuales por experiencia propia. Algunos animales han sido asesinados a altas horas de la noche, y por la mañana amanecen cómo cadáveres humanos.

En Tuxtla por ejemplo, se cree que las aves nocturnas en realidad son nahuales peligrosos que buscan el mal para uno de los habitantes del hogar.

Cierto o no, el misticismo de nuestras tradiciones sin duda, son historias que valen la pena conservar. Además, no podemos negar que los animales siempre han tenido un papel muy especial tanto en los mitos de la creación como en la vida de las personas.