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La leyenda del aparecido de la Plaza Mayor

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Las leyendas coloniales suelen relatar sucesos que tenían que ver con algún lugar de España y su relación con el territorio conquistado; como lo hace la del aparecido de la Plaza mayor

Las historias sobre aparecidos suelen ser de las más leídas, o de las más evitadas. Sin embargo, este aparecido no es como los de la mayoría de las leyendas; puesto que tenía una misión más bien pacífica. Esta es la historia del aparecido de la Plaza Mayor de la entonces Nueva España.

El gobernador y el soldado aparecido en la Plaza Mayor

Se cuenta que este suceso ocurrió a finales del siglo XVI, cuando no había teléfonos, televisiones, ni ningún medio de comunicarse inmediatamente con un lugar del otro lado del océano. En 1590, las noticas tardaban días o hasta semanas en viajar, según su importancia y la distancia que separar un punto del otro.

Sucedió en esos años que el gobernador Gómez Pérez Dasmariñas falleció a manos de un grupo de amotinados en una embarcación. Sin embargo, dado que se hallaban en alta mar y que se deseaba esconder el motivo de su deceso; sería lógico pensar que esto se supo días o años después.

Es aquí donde entra el aparecido que ya hemos mencionado; pues se dice que el 25 de octubre de 1593; un soldado con el uniforme de las Filipinas apareció en la plaza mayor al amanecer. Desorientado y confundido; el hombre no paraba de preguntar cosas, y de avisar a quien lo escuchara que el gobernador Gómez Pérez había fallecido.

Algunos días después, gracias a la correspondencia escrita y a algunos viajeros; se corrió la voz de que efectivamente, Gómez Pérez había muerto. Nadie pudo jamás explicar la forma en que el soldado lo supo el mismo día; ni el modo en el que llegó a la Plaza Mayor. La Santa Inquisición concluyó que había sido el propio Lucifer quien lo había enviado; pero su único castigo fue el tener que volver a su patria, en una embarcación. Dado que ni él mismo sabía el motivo por el que de pronto se halló en la Plaza, no podía culpársele. Además, no fue el único suceso sobrenatural relacionado a la muerte del gobernador; pues se dice que esa misma mañana, la pared donde se hallaba el retrato de Gómez Pérez amaneció con una fisura que atravesaba la cabeza del gobernador. Curiosamente, después se supo que la herida que le causó la muerte coincidía misteriosamente con la cuarteadura del retrato.