Los refrescos en nuestro país tienen un lugar no sólo en nuestra mesa, sino en nuestros recuerdos y experiencias como sociedad.
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Si alguna vez llegaste a ir a Veracruz, seguro recuerdas el famoso y delicioso refresco Jarochito. Si no es así, no te preocupes, que aquí te contamos todo lo que necesitas saber de esta emblemática bebida.
Grandeza traducida en sabor
El refresco jarochito es parte de una empresa cien por ciento mexicana llamada “El jarocho”. Nació en Córdoba, Veracruz y fue fundada por la familia García Carrera en el año de 1965. Esta bebida se volvió altamente reconocida en ese estado gracias a su rico y tradicional sabor.
En la actualidad, la empresa, es un espacio completamente integrado y dedicado a la elaboración de refrescos de alta calidad. Pues elaboran desde los envases hasta el llenado.
Todos sus sabores son procesados en su propia planta de concentrados y tienen la capacidad de elaborar cualquier refresco que te puedas imaginar. El sabor del jarochito es inigualable al de otro refresco.
Historia con ritmo
Pero por si no lo sabías, aparte de ser reconocido por su delicioso sabor, era fácilmente identificado por un comercial en la radio que se quedaría grabado en el corazón de todos los que lo escucharon. Este decía más o menos así:
“¡Que calor, que calor! ¡Dame un jarochito por favor!”
Además, esta bebida cuenta con diversas presentaciones. Está la clásica de 600 mililitros, la más pequeña de 200 ml y el envase más grande de 3.5 litros.
Cabe mencionar que la embotelladora veracruzana cuenta con otros productos, como lo son: el Acqua Buona, Buona Soda Agua Mineral, Zaraza, Super Punch, Manzanita Pin, Tuist. Incluso tienen una bebida alcohólica llamada Super Chupe, por si lo tuyo lo tuyo, es la fiesta.
Todavía hay jarochito para rato
Sin duda, este refresco es un legado que permanece y busca sobrevivir en una época en donde las grandes empresas refresqueras abarcan todo el mercado.
La empresa, en un futuro busca ser ecológica, pues no sólo piensa continuar satisfaciendo nuestros paladares con su inigualable sabor, sino aportar un granito de arena al medio ambiente.