Sin duda, los hospitales de México son uno de los lugares más tenebrosos cuando el sol se mete. Su oscuros pasillos y silenciosos cuartos nos hablan de sufrimiento, sangre y partidas que muchas veces aún se sienten cuando caminamos solos.
Pero de entre todas las historias, hay una que nos pone los pelos de punta. Se trata del hospital de Morelia, ¿La has escuchado? ¿No? Entonces prepárate para no dormir.
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El cuarto de operaciones
Se cuenta que en el hospital de Morelia hay un ser que diariamente se aparece por las noches en el cuarto de operaciones. Pocos son lo que lo han visto, pero uno de ellos, que es el vigilante, afirma haberse quedado paralizado del miedo cuando fue testigo de la aparición nocturna.
El testigo afirma que el hombre es capaz de traspasar las paredes a su antojo. Y de vez en cuando, un grito desgarrador y lleno de sufrimiento inunda todos los quirófanos. Los cuales, se piensa que son provenientes de esa alma que aún no logra pasar al descanso eterno.
Pero el terror no acaba ahí, pues en el cuarto de la morgue, en donde pasan los cuerpos de los fallecidos, se pueden escuchar ruidos raros que se asemejan a canicas arrastrándose. Además, muchos han visto sombras deformes que cierran y truenan vidrios a su antojo. Algunos aseguran que a las tres de la mañana un olor a copal con tabaco inunda todas las salas. Muchos de los pacientes lo han sentido, asegurando que quizá era producido por algún humano.
Sensación de persecución
Todos los que han visitado el hospital de Morelia afirman haber sentido una sensación terrorífica como si alguien estuviera vigilándote y persiguiéndote todo el tiempo. En la sala de terapia intensiva, por ejemplo, varios testigos han presenciado la aparición de una mujer que lleva una bata blanca y que camina, silenciosa, por todos los pasillos del hospital. Sólo que, a su paso, va dejando manchas de sangre en el piso y en las paredes.
Las enfermeras siempre habían creído que se trataba de un paciente. Sin embargo, esto ocurre cada noche. El vigilante, cree que se trata de una mujer a la que le hicieron un trasplante de riñón, pero su cuerpo rechazó el órgano. Llena de dolor y al enterarse que le quedaban pocas horas de vida, decidió suicidarse aventándose del octavo piso.
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