El Tajín, así como sus prácticas culturales, han demostrado ser de suma importancia para México y el mundo, ya que además de ser una zona antiquísima y rica en cultura, fue reconocida tres veces por la UNESCO en diferentes categorías: en 1992 la Zona Arqueológica de Tajín fue nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad; en 2009 la ceremonia ritual de los Voladores de Papantla quedó inscrita como Patrimonio Intangible de la Humanidad y en 2012, el Centro de Artes Indígenas, Xtaxkgakget Makgkaxtlawana fue declarado Patrimonio de la humanidad por las Buenas Prácticas por su contribución de salvaguardar el Patrimonio Cultural Inmaterial del pueblo totonaca de Veracruz.
La Ciudad prehispánica El Tajín (800-1200d.C.) fue la más importante de la costa norte de Veracruz, es una exquisita muestra de lo que fue la arqueología mesoamericana del período Epiclásico y del Posclásico, que actualmente tiene uno de los mejores estados de conservación y ha sido uno de los sitios prehispánicos de México más estudiados y con más excavaciones.
Aunque la zona arqueológica fue la capital de la civilización Totonaca, en El Tajín, (nombre que en totonaca significa ‘Ciudad del Trueno’) se puede ver la clara influencia que la cultura Azteca y Tolteca tuvieron sobre la arquitectura del lugar. Este centro tiene una distinguida y única distribución urbana que se basa en la forma del Xicalcoliuhqui (la representación esquemática de la sección transversal de un caparazón marino), en la cual conjuga edificaciones tanto públicas como de residencia con decoraciones en patrones de teclas, grecas, nichos, cornisas, pinturas murales y bajos relieves, los cuales muestran información sobre la vida cotidiana.
Tambien encontramos veinte canchas para el juego de pelota, convirtiéndose en la ciudad mesoamericana con el mayor número de espacios para dicha actividad, además de zonas destinadas para el comercio donde realizaban la actividad del trueque con otras civilizaciones y, por supuesto, de centros ceremoniales como altares y templos.
Fue con la llegada del imperio Azteca que la ciudad quedó despoblada, para la llegada de los españoles solo quedaban las ruinas de lo que fue una gloriosa ciudad totonaca.