Más México

Mas México

Celso Piña, el rey de la cumbia mexicana lleva sus ritmos al cielo

Spread the love

El día de ayer tuvo lugar una de las noticias más desgarradoras. La muerte de uno de los artistas con más talento, más barrio y, sobre todo, más carisma nos sorprendió. Celso Piña, también conocido como “El rebelde del acordeón” y el “Cacique de la Campana”, nos dejó a los 66 años de edad tras sufrir un infarto. Sin embargo, su legado cumbiachero y su trayectoria de más de 35 años permanecerá en nuestros corazones para siempre.

Chécate esto: ‘Escritor mexicano con síndrome de down recibe Honoris Causa’

El inicio de un artista

Celso piña nació el 6 de abril de 1953 en Monterrey. Desde muy pequeño se familiarizó con los sonidos cumbieros debido a su contexto natal.

A los siete años, Celso trabajó cómo recolector de fruta, pues los mercados, mansiones o colonias ricas tiraban comida en buen estado a la basura. Después de terminar el recorrido, lavaba la mejor fruta y la vendía para alimentar a su familia.

Celso Piña muere a los 66 años.

Celso tuvo también otros oficios. Era tortillero, molinero y tapicero, pero ninguno de ellos lo pudo alejar de su destino: la música.

Su primer acercamiento con los ritmos del barrio

A los 15 años llegó a él un instrumento bastante peculiar, el güiro, un instrumento musical de percusión. Con el tiempo aprendió a tocarlo gracias a la banda de la colonia, y así, comenzó a darle sabor a las fiestas del barrio.

Pero el ritmo no quedó ahí. En el sótano de su casa aprendió a tocar el acordeón. Celso aprovechó ese lugar para perderse en su música. Y, con las dos hileras que su papá le había conseguido para el instrumento, le tomó poco menos de tres meses en componer su primera canción.

Una carrera iba para arriba

Con veinte años de edad, salió del sótano para volverse popular en ciertos sectores de Monterrey como: La Campana, Pueblo Nuevo y la Independencia.

Celso Piña, el Rebelde del Acordeón.

A medida que su carrera iba tomando vuelo, la publicidad acrecentaba sus presentaciones. Y, por supuesto, sus composiciones comenzaban a tener el sabor de la cumbia colombiana.

Celso Piña, el Rey de la fusión

En esa misma época surgió la Ronda Bogotá, una agrupación fundada por Celso. Ellos exploraba la cumbia mexicana, colombiana, el vallenato y los sonidos tropicales. De sus inicios destacan temas como: La cumbia de la paz, El tren, Como el viento y La piragua.

Más adelante, Celso comenzó a explorar varias facetas musicales y trabajó con otros músicos que iban desde el rock, punk y rap hasta ska. La fusión resultó en su famoso disco “Barrio Bravo”. Con él recibió fama internacional como uno de los pioneros de las mezclas musicales. Y, a su vez, rompió con los prejuicios musicales de gustos y géneros.

“Le hizo ver a la gente en México que el barrio tiene cultura y es muy rico en arte. Él fue intendente de una escuela primaria, imagínense, y llegó a ser quién es. Escaló y representó con tanto orgullo a México con su acordeón. Fue un tipo enamorado de sus raíces y a través de sus rolas lo quiso compartir a todo el mundo. Fue un gran amigo, inspiración, probablemente el último de los outsiders y un verdadero punk”, compartió Camilo Lara en entrevista con Excélsior.

Sus ritmos llegaron hasta China, Alemania, Inglaterra, Uruguay, Brasil, España y Francia. Prácticamente todo el mundo estaba enterado de su música. En México, todos los artistas, sin importar el género, querían colaborar con él.

Tan sólo recordemos el 2004. En la fiesta de la fundación Nuevo Periodismo de García Márquez, Celso puso a bailar al nobel de literatura con su Cumbia Sampuesana, del colombiano José Joaquín Bettín Martínez.

Su acordeón sonará en el cielo

Sin duda, Celso siempre será un digno representante del folclor mexicano. Su multifacética visión y tremendo carisma son cosas que permanecerán en la historia de la música por siempre.

Fotos: @Celso Piña