De San Juan Bautista Tuxtepec, Oaxaca es originario el baile de la flor de piña. Éste surgió para enaltecer las raíces indígenas hace 62 años y hoy es muy representativo durante la Guelaguetza.
Danza que distingue la región
Esta danza tan alegre nació en 1958, cuando el gobernador era Alfonso Pérez Gasga. Él le encargó a la maestra Paulina Solís Ocampo, una danza que diferenciara a la región. Y es que ella era de la Cuenca de Papaloapan, región lejana a la capital y más cercana a Veracruz. Por lo que quisieron enaltecer las raíces de la Cuenca para marcar su identidad oaxaqueña.
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Para crear esta pieza musical, la maestra de Educación Artística investigó más sobre la vestimenta de la región. Así juntó los huipiles de las comunidades de la Cuenca. Éstas son: San Miguel Solyatepec, San Juan Bautista Tuxtepec, San Felipe Usila, Valle Nacional y San Felipe Jalapa de Díaz, San Lucas Ojitlán y San Pedro Ixcatlán.
Al inicio tuvo problemas con las jóvenes de las comunidades porque no podían trasladarse fácilmente para ensayar. Por lo que decidió reunir a mujeres de Tuxtepec, que impresionaron con su presencia durante la danza. Entonces comenzó los ensayos y nació este gran baile.
A pesar de que no se le pagó a la maestra de artes, recibió varios reconocimientos.
Baile de la flor de piña, joya oaxaqueña
En cuanto a la música, la compuso Samuel Mondragón (1884-1962). Al final, la danza dura cerca de 11 minutos y las bailarinas van cargando una piña sobre uno de sus hombros. Además de los coloridos huipiles, las bailarinas se peinan con una trenza adornada con listones llamativos.
Con el tiempo y gracias a sus elementos, la danza convirtió a Tuxtepec en un referente de folclor en Oaxaca. Por lo mismo, es uno de los bailes más esperados durante los festejos de la tradicional fiesta de la Guelaguetza.
Fotos: Especial