Reconocido como uno de los ahuehuetes más famosos de nuestro país, el árbol del Tule posee formaciones únicas en su tronco
A lo largo de la historia de nuestro país ha habido muchos ahuehuetes en momentos importantes. Desde el árbol de la Noche Triste, al pie del cual Hernán Cortés lloró su derrota; hasta El Sargento de Chapultepec. Sin embargo, ninguno de ellos es tan alto y antiguo como el árbol del Tule.
Santa María del Tule, su hogar, es un pueblo que se encuentra en Oaxaca. Aunque por muchísimos años su actividad económica principal fue la producción de cal; hoy en día lo es el turismo. Esto se debe precisamente al famoso ahuehuete con el que comparte el nombre.
Su tronco es tan ancho que múltiples veces se creyó que se trataba de varios árboles entrelazados; aunque no es así. Y a pesar de que cada vez es más difícil medir su altura; se cree que tiene entre 1400 y 1600 años de antigüedad.
Por supuesto, con tanto tiempo en la tierra no solo es difícil establecer su origen; sino que existen ya muchas leyendas sobre él. La más aceptada es que lo plantó un sacerdote zapoteca del dios Ehécatl. Además, se sabe que Tule significa Árbol de iluminación.
Uno de los detalles más llamativos del árbol del Tule es que en su tronco, con el paso del tiempo, se han ido formando diferentes figuras. Las más recordadas suelen ser la de un león, un elefante, un pez y un cocodrilo; aunque con un diámetro de poco más de 14 metros, es claro que existen muchas más.
El ahuehuete (palabra que proviene del náhuatl ahuéhuetl, y significa viejo del agua) es prácticamente un símbolo nacional. De hecho, en 1921; a 100 años de la Independencia, se le proclamó como el árbol nacional.
Aunque existen otros dos ahuehuetes cerca del árbol del Tule; este último es el más conocido. El segundo lunes del mes de octubre, cada año, se festeja a este majestuoso ejemplar; que ya forma parte del día a día de los habitantes de Oaxaca.
Como este ahuehuete, los árboles continúan formando parte de nuestra historia. Algunos, tan milenarios como él; otros, sencillamente a manera de leyenda.