Por Lucía Lizárraga Castro. Corresponsal
De origen prehispánico, el tejuino es una bebida refrescante que se vende de manera ambulante y en lugares fijos en todo el estado de Jalisco, mientras que en las comunidades huicholas sigue siendo parte de las festividades y costumbres.
El nombre de esta deliciosa bebida es de origen náhuatl y debido a su gran demanda tiene diferentes grados de fermentación. Sin embargo, quienes promueven este alimento aseguran que no sólo refresca paladares sino que tiene también propiedades curativas.
En entrevista con Notimex, Carmen Medina Ochoa afirmó que se siente muy orgullosa de tener 18 años vendiendo tejuino en tianguis de esta ciudad, ya que promueve una bebida mexicana que además de tener un sabor delicioso ayuda a la salud de quien la consume.
Explicó que la base para hacer la bebida es la masa de maíz, agua y piloncillo, ingredientes que se cocinan a fuego durante cuatro o cinco horas hasta tener una consistencia espesa como si fuera un atole, y de manera natural se logra un proceso de fermentación.
“Es una bebida que cura la cruda”, afirmó Carmen Medina, quien añadió que por su fermentación ayuda también a los padecimientos gastrointestinales, problemas en el riñón, así como gastritis y colitis.
Luego del cocimiento y para tener un toque muy especial, se sirve en un vaso al que se le pone sal, hielo, limón, el tejuino y una bola de nieve de limón para darle un sabor agridulce que deleita a los consumidores de esta bebida representativa de la gastronomía de Jalisco.
Ya sea para combatir el calor, la cruda o para ayudar a curar problemas de salud esta bebida artesanal ha sido por siempre muy típica de Jalisco y con el tiempo se ha incrementado su venta gracias a la fama que ha conseguido por su singular sabor.