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De color rosa y servido en cazuelita, así es la Jeripa

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No hay mejor manera que consentir nuestro paladar con un postre lleno de sabores únicos y de larga tradición. Y el día de hoy te platicaremos de la Jeripa, una especie de budín color rosa que se sirve en una cazuelita de barro, con ajonjolí encima, originaria de Atlixco, Puebla.

Este dulce se prepara con leche, harina de arroz, yemas de huevo y el ingrediente principal, es el toque de agua de azahar. La cual, da más su sabor y olor particular. Los poblanos lo consumen durante todo el mes de junio. Pero, principalmente, en el Día de Corpus Christi. Pues las familias después de acudir a misa compran algunos dulces, entre ellos la Jeripa.

Además, tiene un significado religioso que se relaciona con fechas litúrgicas. De acuerdo con Leopoldo Rojas, un lugareño que lleva preparando este postre por mas de 40 años, explica que dentro de los símbolos que lo rodean, es que el nombre empieza con ‘J’, que hace referencia a Jesús de Nazareth. Y el tono rosado hace alusión a su cuerpo.

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Por otro lado, tiene una curiosa tradición en este municipio. Pues cuando se prepara, se regala con todo y la cazuela. Así que, si después van a una casa y llevan algún guisado deben decir: ‘la cazuela no es de Jeripa’ para indicar que se la llevarán de regreso.

Desafortunadamente, su consumo se está perdiendo y ya son pocas las personas que salen a venderlo en Atlixco. Es por eso que para conservar sus sabores y bonitas tradiciones te traemos la receta.

Ingredientes:

1 litro de leche

5 cucharadas de harina de arroz

5 cucharas de azúcar

2 yemas de huevo

100 gramos de ajonjolí tostado

Una pizca de polvo vegetal rojo

Agua de azahar

Preparación:

En una olla, pon a calentar tres tazas de leche, y añade azúcar. Mientras esta lista, en otro recipiente pon una taza de leche, harina de arroz, las yemas de huevo y revuelve bien.

Después, coloca esta mezcla a la leche hirviendo, y deja a fuego lento hasta que empiece a tener espesor. Agrega poquito colorante para que tome el tono rosado que lo caracteriza, y unas dos cucharas de agua de azahar. Recuerda que debes ir probando hasta que agarre el toque especial que tu prefieras.

Finalmente, coloca la especie de budín en cazuelitas de barro, y adorna con el ajonjolí. Y estará listo para degustarlo.

Cabe destacar que no sólo es del gusto de las familias poblanas. Sino también de todos los turistas que han llegado a probarlo. ¡No te quedes con el antojo!