¿Alguna vez te has preguntado qué sería de nuestra infancia sin juguetes? Sin duda, una pesadilla. Pues sin estas increíbles herramientas de la infancia que nos otorgaban poderes, historias y miles de horas de entretenimiento nuestro pasado no tendría el mismo sabor de boca.
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Una empresa con vida propia
En México, la fabricación de juguetes no se quedó atrás, y de todas las empresas que se dedicaban a este maravilloso oficio sobresalió una, la empresa Lili Ledy. Esta compañía mexicana se inauguró aproximadamente a mediados de los años cincuenta por Don José Ciklik Persky y su esposa, la señora Sneider.
Si bien hasta el día de hoy se conoce como una de las empresas más importantes en la fabricación de juguetes, anteriormente era conocida como a Compañía Industrial de Novedades Plásticas y Metálica, S.A. de C.V. Fue hasta 1971, cuando fue vendida al Grupo General Mills, que su nombre paso a ser LILI LEDY, S.A.
Variedad y revolución
La empresa elaboraba dos tipos de juguetes, una línea para niñas y otra más para varones. En el caso de las niñas, una de las muñecas más famosas fue Lagrimitas Lili pues su tema musical se quedó grabado en la memoria de miles de personas. “Llora y llora y mueve sus manitas /sólo se contenta llevándola a pasear. /A comer, a bañarse, a dormir: es Lagrimitas Lilly. / En su estuche, cuatro en uno y cada uno para ti”.
Otros artículos que sobresalían eran las famosas barbies, pero Lili Ledy creó su propia versión de la muñeca, dando como resultado a la muñeca Bárbara Millicent Roberts. Esta pieza formó parte de la revolución feminista que se dio en los años 50. Pues fue la primera vez que se presentó una muñeca inteligente, profesionista y con diversos trabajos. Otros de los nombres que tuvieron estas increíbles muñecas fueron Gisela, Karla, Linda y Lorena, algunas hablaban y otras más hasta caminaban.
La era del Comandante Parlante
En el caso de los juguetes para niños, se introdujo por primera vez a los Hombres de Acción, los cuales se caracterizaban por ser unos soldados súper dotados y armados capaz de deslumbrar a cualquier infante. Uno de los más populares fue El Comandante Parlante, un aventurero de acción con un sistema de voz súper avanzado para le época.
Una pieza que también gozo de igual popularidad, fueron los “Aristochoques”, unos cochecitos que se manejaban mediante un control remoto y que al chocar se desarmaban para después ser armados de nuevo.
Pero todos los juegos tienen un final…
La compañía cerró en 1985, debido a la competencia y demanda de los juguetes extranjeros. Pero al día de hoy estos juguetes siguen siendo buscados, pues actualmente existen coleccionistas que se dedican a buscar piezas únicas de Lili Ledy. En algunos de ellos su precio va de los mil hasta los 10 mil pesos.
A pesar de todo, sin duda el legado de esta fábrica mexicana es de un valor incalculable. Sus juguetes no sólo llenaron de diversión a miles de niños, sino que tejieron toda una red de valores e imágenes que se quedarán para siempre en los recuerdos de los mexicanos.
Foto principal: Canal Once