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Atole de guayaba, un giro a lo tradicional

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Te traemos la receta de esta versión del atole para endulzar esas mañanas frías y darle un toque de sabor diferente al Home Office.

Originalmente preparado a base de maíz, el atole ha fungido como el acompañamiento perfecto al desayuno y la cena de los mexicanos durante mucho tiempo. Y como en todo, las modificaciones a la receta no se hicieron esperar; puesto que los mexicanos tenemos un don para adaptar a nuestra personalidad y gusto todo lo que llevamos a nuestra mesa.

En esta ocasión, te traemos una receta sencilla que estamos seguros endulzará esas mañanas en las que te quieres echar todos los suéteres encima. Además, la guayaba es una fruta rica en vitamina C, lo que es ideal para esta época del año.

¿Te quedaste con ganas de atole?

Si, debido al trabajo o a alguna otra situación, el pasado dos de febrero te quedaste con ganas de un delicioso atole calientito; te traemos la solución. El atole de guayaba es muy sencillo de preparar, y necesitas lo siguiente:

De 6 a 8 guayabas

1 o 2 rajas de canela

2 cucharadas de fécula de maíz

250 ml de leche

2 tazas de agua

Azúcar al gusto

Antes de comenzar, lava muy bien las guayabas y quítales los extremos y las semillas. Posteriormente, ponlas a hervir con una de las rajas de canela. Cuando se suavicen, licúalas sin la canela para conseguir una masa uniforme y muy suave.
Mientras tanto, disuelve la fécula de maíz en agua junto al resto de la canela. Tan pronto comience a soltar el hervor, añádele la guayaba ya licuada. Si lo prefieres, añade azúcar. También es posible endulzarlo con piloncillo.

Déjalo hervir hasta que su consistencia espese. Cuando esté listo, sirve. Puedes decorar con canela molida, rebanadas de guayaba o lo que se te ocurra. ¡Y disfrútalo!

Si quieres saber más sobre el atole en general; o buscas algún dato sobre otro tipo de atole tradicional como el purépecha, te invitamos a visitar nuestra sección de gastronomía.