Aunque no lo creas
La época preferida de muchos ha llegado.
El mes de diciembre trae consigo el momento para agradecer y disfrutar de la compañía de familiares y amigos.
Vaya que los mexicanos nos tomamos muy en serio cuando se trata de la decoración navideña.
Y sin dudarlo, el artículo más representativo de la temporada es el árbolito de Navidad.
La tradición de colocar un árbol de Navidad tiene raíces en diversas culturas y ha evolucionado a lo largo de la historia.
Algunos historiadores sugieren que la costumbre tiene sus orígenes en rituales paganos de la antigua Roma y Escandinavia, donde los árboles perennes se adornaban para celebrar el solsticio de invierno.
La costumbre del árbol de Navidad se popularizó en los siglos XVII y XVIII en Alemania y se extendió por Europa.
Se decoraban árboles con velas, manzanas, nueces y otros adornos.
La tradición se afianzó en el siglo XIX, especialmente después de que la Reina Victoria y el Príncipe Alberto de Inglaterra fueron ilustrados con un árbol de Navidad en 1848.
La imagen se hizo pública y contribuyó a la popularización del árbol de Navidad en el mundo anglosajón.
Con forme el tiempo pasó, la innovación del decorado de los mismos pinos fue cambiando.
Los árboles de Navidad modernos se decoran con luces, guirnaldas, adornos y una estrella o un ángel en la parte superior.
Cada elemento puede tener un significado simbólico, como la estrella que representa la estrella de Belén.
Pero quizás te encuentres, como cada año, en la confusión sobre si adquirir un árbol natural o uno artificial.
Y a pesar de que ambos tienen sus pro y contras, queremos que sepas porqué tu mejor opción es un árbol natural.
A primera vista, los árboles de Navidad artificiales pueden parecer más beneficiosos para el medio ambiente.
Sin embargo, su coste medioambiental supera con creces sus beneficios.
Los árboles artificiales se fabrican a partir de un tipo de plástico denominado policloruro de vinilo (PVC), un derivado del petróleo que puede contener plomo y otras sustancias tóxicas.
Y aunque un árbol artificial puede reutilizarse, tiene una esperanza de vida corta.
Generalmente, su tiempo de vida es de 4 a 5 años y posterior a esto se desechan.
Y es que, en torno al 80 por ciento de los árboles falsos se fabrica en China, donde la mayor parte de la electricidad se genera a partir de la quema de carbón, una de las fuentes de combustible más contaminantes.
Después de fabricarlos, los árboles se envían a su destino, normalmente en barcos con motores diesel, lo que genera todavía más emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global.
Por su parte, adquirir un árbol natural es mucho más beneficioso para el cuidado del planeta.
Simplemente, son 100% biodegradables y pueden ser replantados o hechos composta.
Algunos lugares del país cuentan con una leyenda de “Llévate 1 y planta 2”
Gracias a esta iniciativa, las familias mexicanas contribuyen a la plantación de pinos, además, de que se vuelve una actividad recreativa para chicos y grandes.
Como todos los árboles son fabricantes de oxígeno, absorben el CO2 de la atmósfera y nos regalan una mejor calidad en el ambiente.
Y como plus, son Aromatizantes naturales que le dan un “ambiente más navideño” a tu hogar.
En caso de elegir un árbol natural NUNCA debes de tirarlo a la basura, ni plantarlo en el bosque, ya que no son autóctonos de la región.
Una vez terminadas las fechas, los ayuntamientos de tu región suelen tener servicios de recogida especiales para su replanteo posterior en parques y jardines.
Entonces, sin pensarlo, te recomendamos ampliamente optar por adquirir un árbol natural.
La tradición del árbol de Navidad ha trascendido fronteras y culturas, convirtiéndose en una parte esencial de las celebraciones navideñas en todo el mundo.
La elección, decoración y el momento de colocar el árbol son momentos especiales para muchas familias.
La colocación del árbol de Navidad se ha convertido en una tradición arraigada en la celebración de la temporada navideña, representando la alegría, la unidad familiar y la esperanza.