La Parroquia de Nuestra Señora de Dolores: escenario del grito de independencia

La Parroquia de Nuestra Señora de Dolores es considerada como uno de los mejores ejemplos del barroco novohispano de finales del siglo XVIII. Adquirió popularidad por ser el escenario del famoso Grito de Dolores la madrugada del 16 de septiembre de 1810. ¡Y hoy daremos un recorrido a su historia! 

Fue fundada hace 302 años, según información del Archivo Histórico municipal, la primera piedra de esta parroquia fue colocada el 2 de febrero de 1712 y su construcción terminó en 1778.

Arquitectos especialistas afirman que su fachada corresponde a un estilo barroco que juega con sus formas hasta llegar a la ornamentación.

Escenario de la Independencia

Fue justo en este lugar, la madrugada del 16 de septiembre de 1810, que el cura Miguel Hidalgo y Costilla convocó a los habitantes mexicanos para emprender la lucha por la libertar de la Nueva España, movimiento que se conoce como la Independencia de México.

Según José Luis Hernández, trabajador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), inicialmente la cita en la parroquia no era para lograr la Independencia de México, sino para oponerse al “mal gobierno” de la Nueva España aprovechando que Francia había tomado España. 

Se dice que entre dos y tres de la mañana, llegó Ignacio Pérez con un acompañante y tocó la puerta, al abrir un criado pidió hablar con Hidalgo, lo despertaron y fue como se descubrió la conspiración. 

Un significado especial para la nación

A partir del 16 de septiembre la parroquia cobró un significado especial para la nación, pues dejó de ser un monumento meramente religioso. 

Cuenta con una fachada churrigueresca de cantera rosa, contiene una alegoría en torno a la muerte de Jesús en la cruz, ocupando el lugar principal la Virgen María en su advocación de dolorosa. Las torres son de tres cuerpos; en su interior el templo conserva dos retablos de madera tallada y dorada del tiempo en que Miguel Hidalgo ejerció su ministerio. La campana una réplica de la que tañó el cura Hidalgo en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, la original está en Palacio Nacional en Ciudad de México.