El fin de semana se llevó a cabo el concierto México: Raíz y fusión ¡Estuvo impresionante! La temática del evento era resaltar, precisamente, esa riqueza cultural y musical que tiene nuestro país, destacar que es una nación de múltiples lenguas, culturas y expresiones; también recordarnos nuestra identidad y enorgullecernos de ella.
México es música y fusión
Alberto Cruzprieto nos enchinó la piel con su piano; y junto a Héctor Infanzón tocaron una pieza bastante divertida. La agrupación Caña dulce, Caña brava nos impresionó con su poesía musical, con un arpa imponente que hacía fusión con las jaranas en un ritmo colorido, noble, sensato y picaresco: “…cada día me gustas más y como el chile habanero, entre más picoso estás, más me gustas, más te quiero”, cantaron con sabor y picor. Este conjunto formado por Adriana Romero, Raquel Palacios, Violeta Romero y Alejandro Loredo, fue el encargado de darle frescura a la música regional mexicana y con sus zapateados contagiaron de energía a toda la audiencia.
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¡Échale mariachi!
Ante el unísono grito del público, hicieron presencia Rosy Arango y el Mariachi Lira de Oro. La gran potencia de su voz y de las trompetas nos dejaron con las emociones a flor de piel. La energía que transmite la sonorense sobre el escenario es impresionante. Su baile, su alegría y la pasión desbordada, se notaba en cada canción.
Era imposible quedarse quieto con los boleros y géneros afrocaribeños con sabor a México a cargo de Violeta Ortega y Puerto Candela, quienes hipnotizaron nuestro cuerpo moviéndolo al ritmo de la música.
Héctor Infanzón y su cuarteto conformado por Luis Gómez, Enrique Nativitas y Adrián Infanzón ejecutaron ‘Singapur’, pieza experimental que resaltó la fusión y con la que llenaron de matices y ritmos la sala Silvestre Revueltas de este centro cultural. La canción ‘Se vive así’ nos hizo valorar nuestra nación, sin importar los defectos o virtudes que pudiera tener. Hubo un momento que parecía la escena de la película Whiplash, cuando la batería, el bajo, los platillos, el piano y todos los instrumentos cobraron vida propia y se combinaron para describir México.
Nos dejaron en shock y al borde del asiento con la emocionante escena musical. Por un instante vimos nuestras raíces, desde aquellas danzas indígenas, hasta el actual ciudadano que se levanta temprano para ir a estudiar o trabajar, al mexicano melancólico, al impulsivo, al alegre y al trabajador.
El arpa mágica de Celso Duarte y su ensamble nos introdujo en el ambiente del World Music. Nos puso a bailar con la voz de Violeta Ortega en el son de ‘La Iguana’. La complejidad de la ejecución de este ensamble nos recordó que hasta la música regional puede tener tintes progresivos, cambios de ritmo en canciones que excedan de los 10 minutos de duración. Simplemente exquisito.
‘¿Puras canciones de desamor? Pues que chingue a su madre’
Una de las más esperadas de la noche fue Regina Orozco. Su repertorio de puras canciones de desamor y despecho, el sentimiento que le echaba a cada interpretación y su gran humor, nos hizo reír y llorar, recordándonos cómo amamos los mexicanos… hasta los huesos.
Para el cierre, todos los músicos y artistas invitados nos hechizaron con el canto de ‘La bruja’. Una fusión inigualable. La audiencia aplaudía enérgicamente durante todo el concierto, gritaba emocionada con cada nota lograda por parte de los cantantes y se ponía de pie con cada solo de algún instrumento, todos terminamos muy satisfechos y contentos.
La expresión de la identidad mexicana musical se complementó con la obra visual del artista plástico Fabián González, quien nos dejó un muy buen sabor de boca con sus obras, las cuales fueron presentadas durante la recepción del evento.
La participación de los presentadores, los poemas en náhuatl y español, los diferentes géneros musicales, las diferentes colaboraciones y la intimidad del escenario, hicieron de todo esto algo todavía más ameno y agradable.
México es poema, es arte, es lucha, es raíz, es fusión de culturas, de colores, de música, de personas y de talentos. Agradecemos a los artistas de ‘México: Raíz y fusión’ por la invitación al evento, sin duda despertaron nuestra sensibilidad. No olvidaremos nunca de dónde venimos y hacia dónde vamos. Definitivamente, todos salimos del concierto queriendo ser mejores mexicanos y amando más a nuestro bello país.
Fotos: Beto Balderas