Los dos hermanos: la leyenda del Nevado de Toluca

La leyenda del Nevado de Toluca cuenta la historia de dos hermanos que originaron su surgimiento

Desde hace décadas, el nombre del Nevado de Toluca ha causado diversas opiniones. Dado que existían varias lenguas y pueblos cercanos a este volcán; es difícil elegir un solo nombre entre ellos. Es por eso que se le denominó con el nombre que le conocemos actualmente. Sin embargo, como sucede con muchos otros sitios importates de nuestro país; existe una leyenda del Nevado de Toluca, que habla sobre su origen.

Según la historia; existieron una vez en el Valle de México dos hermanos. Por nacimiento, ambos tenían oportunidades de obtener poder; pero uno de ellos deseaba obtenerlo a través de la religión, y el otro a través de la guerra.

Siempre en conflicto, el mayor de ellos siempre iniciaba las peleas; mientras que el menos intentaba apaciguarlo a través de las plegarias a los dioses. Por supuesto, esto no dio resultado. Un buen día, los dioses, hartos de la eterna discusión, decidieron castigar al hermano mayor. Sin embargo, el hermano menor se interpuso, siendo él quien perdió la vida a manos de los dioses.

Dándose cuenta de lo que había sucedido; lo enterraron, formándose sobre él un cerro. Mientras tanto, el hermano mayor, creyéndose libre para desatar su violencia y hacerse con el poder, comenzó a ser cada vez más agresivo.

Los dioses, decidiendo de nuevo que merecía un castigo; lo llevaron al cerro, lo desnudaros y le abrieron el pecho, dejando su corazón expuesto. Poco después, el hermano pudo sentir su propio corazón; y arrepentido, aceptó su muerte. Su corazón comenzó a quemarse, convirtiéndose en el cráter del volcán.

Al ver esto, antes de morir, el hermano mayor pidió perdón a los dioses por sus actos y por haber dejado que su hermano perdiera la vida. Satisfechos con el arrepentimiento; los dioses se apiadaron del hombre y le taparon el corazón, dejándolo morir. Cuenta la leyenda que es por eso que uno de los nombres del volcán, el más usado, es Xinantécatl, que significa hombre desnudo.