Lo que un día fue el Trenecito de Chapultepec

Afortunados los que lograron subirse

A lo largo de la historia de nuestro bello México, nos hemos topado con ciertas actividades, recintos, costumbres y tradiciones que han desaparecido.

Chapultepec, es uno de los lugares más visitados en la Ciudad de México.

Tanto por habitantes locales, como por extranjeros.

Cuenta con distintas secciones distribuidas entre sus bosques.

Por aquí pasó la tan popular, feria de Chapultepec, el Papalote Museo del Niño, el Lago de Chapultepec, entre otras atracciones.

Tal es el caso del Tenecito de Chapultepec.

Si tú no sabes de lo que te estoy hablando, quédate leyendo.

El Tren Escénico del Bosque de Chapultepec, también conocido como el “Trenecito de Chapultepec,” fue un tren turístico que operaba en el Bosque de Chapultepec, uno de los parques más emblemáticos de la Ciudad de México.

El Tren Escénico de Chapultepec comenzó a funcionar en la década de 1960 y se convirtió en una atracción popular para los visitantes del Bosque de Chapultepec.

Su principal propósito era brindar un recorrido panorámico por este vasto parque, que alberga numerosos museos, monumentos y áreas naturales.

El tren recorría una ruta escénica a lo largo del bosque y ofrecía a los pasajeros la oportunidad de disfrutar de la belleza natural de Chapultepec, así como de las atracciones culturales y recreativas que alberga el parque.

Durante el recorrido, los pasajeros podían ver el Castillo de Chapultepec, el Museo Nacional de Antropología, el Museo Tamayo, el Lago de Chapultepec, y otras áreas icónicas.

Lamentablemente, el Tren Escénico de Chapultepec dejó de funcionar en la década de 1990 debido a problemas de mantenimiento y financiamiento.

A lo largo de los años, se realizaron esfuerzos para restaurar y reactivar el tren, pero no se logró su regreso.

A pesar de su desaparición, el Bosque de Chapultepec sigue siendo un destino popular para los visitantes de la Ciudad de México, y se pueden explorar sus atracciones a pie o en bicicleta.

A lo largo de las décadas, el bosque ha sido objeto de mejoras y conservación para mantener su valor histórico y cultural.