Leyendas mexicanas: La misteriosa historia del Cerro del Muerto

Es uno de los lugares que muy pocos se atreven a visitar en México, pese a que en los meses de agosto y octubre ocurren los atardeceres más impactantes del país. El Cerro del Muerto es una montaña de la Sierra Madre Occidental que se encuentra en Aguascalientes, uno de los estados que produce los mejores vinos del país.

¿Qué es lo que se esconde en este lugar?

Las leyendas dicen que cuando cae el sol aparece un gigante que recorre la ciudad y regresa convirtiéndose en el guardián de Aguascalientes. Otros dicen que la ciudad es custodiada por indios Chichimecas de color negro que al despuntar el alba bajan a los diferentes barrios de la metrópoli y después vuelven al cerro.

Hay una leyenda alrededor de este cerro que causa más expectación que lo anterior. Dicen algunas lenguas que en dicho monte, los indios de la región tienen un gran tesoro escondido. Muchos han querido explorarlo, pero el miedo no los deja, el único gobernante que lo intentó fue asesinado por envenenamiento.

Pero las historias no paran. La formación del Cerro del Muerto es la leyenda más impresionante y con una gran lección.

Había una vez…

Tres sacerdotes extremadamente altos, fuertes y de un aspecto imponente se reunieron con el objetivo de repartir la tierra. Uno representaba a la comunidad de los Chichimecas, otro a los Chalcas y el último a los Nahuatlacas. Luego de la deliberación, el sacerdote Chichimeca decidió tomar un baño y después de eso no lo volvieron a ver.

Lo esperaron pacientemente, pero al ver que no regresaba, los chichimecas culparon a los Chalcas del asesinato a su sacerdote y de traición, por lo que enfurecidos atacaron a la tribu. Sin ninguna explicación lanzaron miles de flechas.

Los Chalcas desconcertados pidieron ayuda a los Nahuatlacas, pero ellos se negaron. Mientras peleaban apareció el sacerdote “perdido”, y aunque trató de detener a su gente, una de las flechas le atravesó el corazón, aún con un suspiro de vida trató de llegar a su gente manchando el camino con su sangre (actualmente se puede ver la tierra roja en el cerro), quiso hablar con su pueblo, pero cayó muerto y con su enorme cuerpo los sepultó.

Se dice que con los cadáveres del desconfiado pueblo Chichimeca se formó el gran cerro que se ubica al poniente de la ciudad de Aguascalientes. Algunos arqueólogos han querido explorar la región, pero  se escuchan voces, lloros y lamentos por lo que se han detenido las excavaciones. Personas aventureras quisieron descifrar el enigma, pero unos quedaron mudos y los otros perdieron la razón  o la vida.