Maya y Sabina son dos hermosas xoloitzcuintles que caminan sutilmente de la mano de su dueña, la señora Alejandra, por los andadores del parque México en la Ciudad de México. Vienen bien preparadas para su recorrido, a sus correas les fue adaptado un dispositivo con bolsas para recoger sus heces, además de que cuentan con una botella de agua personalizada para cuando el cansancio se apodera de ellas.
“No toman del mismo recipiente, como buena madre e hija son celosas la una de la otra”
Todos los días se les ve pasear por el mismo sitio, “por lo menos una hora ellas necesitan caminar por el parque para distraerse, no me gusta dejarlas encerradas, siento que hasta se enojan conmigo cuando no salen a su recorrido”. Todos sus caprichos son complacidos por su ama quien vive en un pequeño departamento junto al parque México, a Maya se la regaló su hermana hace ya cinco años. Mientras que Sabina fue producto de la cruza de Maya con un guapo xoloitzcuintle… Ella tiene tan solo 3 años de edad.
La raza de por sí es delicada y con ellas Alejandra ha tenido que emplear todo un ritual de belleza. “Les encanta dormir en la cama y despertar muy temprano para pedir su paseo”.
Por ejemplo, cada mes las baña, las lleva a una clínica especial para mascotas donde les aplican una especie de aceite para la piel, pues por la raza son más propensas a que se resequen. Y diariamente les coloca crema hidratante en sus cuerpos, la misma que ella utiliza después del baño, pues asegura que “esa les funciona” para mantenerse hidratadas.
A la hora de comer no son tan exigentes, “la verdad es que les doy croquetas, porque el veterinario dice que la comida de humano no les hace nada bien, así que sigo las instrucciones al pie de la letra”. Para Alejandra ningún gasto está de más con tal de mantener a Maya y Sabina con una excelente salud.
“El parque México era un excelente lugar para sacarlas a pasear, pero estoy muy molesta porque pusieron arcilla en los pasillos y a los perros les lastiman sus pies”. Expresó un poco molesta Alejandra en la entrevista a Más México. Pues si bien ella cuida de sus perras como sus propias hijas, no ve la razón de lastimarlas con los arreglos que han hecho en el parque.
Maya y Sabina son parte de la familia de Alejandra, ella es una mujer soltera que después de un matrimonio decidió vivir su propia vida en un lugar tranquilo. “No veo a mis hijos con frecuencia, así que estas hermosas son mi compañía diaria y merecen lo mejor de mí”. Finalizó la conversación para seguir la caminata de las hermosas xoloitzcuintles.
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