Todos hemos visto alguna representación de la Catrina, pero ¿conoces su origen?
El Día de Muertos está cada vez más cerca. Las ofrendas se encuentran casi listas, y los hogares esperan ya la visita de sus seres queridos. Igualmente, muchos ya van eligiendo su disfraz, pues es costumbre que el 1 o 2 de noviembre las calles de México se llenen de personajes terroríficos. Uno de ellos, probablemente el más popular, es el de La Catrina.
Originalmente llamada Calavera Garbancera, este personaje cuenta con más de cien años. Surgió en la época de Benito Juárez, Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. Lleva un sombrero de ala ancha que casi siempre va decorado con algún color. Su vestido, negro, suele llevar detalles a juego con los del sombrero. Sin embargo, lo que la caracteriza es esa enorme sonrisa, debajo de las tétricas cuencas vacías en donde quizá alguna vez hubo ojos.
En realidad, fue creada por el caricaturista y artista mexicano José Guadalupe Posada. La Calavera Garbancera surgió como una crítica a las personas que se esforzaban en fingir ser adineradas o de cierta posición social. El punto fuerte de esta crítica era que intentaban ocultar sus raíces indígenas, por lo que Posada les mandó un fuerte mensaje.
Con el tiempo, esta creación llegó a manos del pintor y muralista mexicano Diego Rivera. Impresionado por el significado, decide representarla en sus propios trabajos.
Es así como surgió La Catrina. Su primera aparición fue en el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. En él, Diego también representó a José Guadalupe Posada, a Frida Kahlo, y a sí mismo siendo niño. Desde entonces, su imagen se ha convertido en una de las más representativas del día de muertos. Ahora no sólo es el disfraz más popular en estas fechas, sino que la versión masculina, el Catrín, suele acompañarla en el puesto número uno de la lista.
Si quieres saber más sobre las tradiciones mexicanas, sus orígenes y sus curiosidades, te recomendamos leer sobre la prohibición del Jarabe Tapatío en México durante algún tiempo.
Foto de portada: Maximiliano Estevez en pixabay