El 18 de marzo, pero de 1938, es una fecha que marcó la historia de nuestro país al nacionalizarse la industria petrolera que estaba controlada por compañías extranjeras. El entonces presidente Lázaro Cárdenas decretó la Expropiación Petrolera en México, que consistió en convertir legalmente este hidrocarburo en propiedad de los mexicanos.

¿Por qué hizo esto?
De 1934 a 1936 hubo muchos conflictos entre los sindicatos y directivos de las 17 empresas extranjeras que se negaban a satisfacer las demandas obreras. Y es que las compañías, durante muchos años, llevaron a cabo una explotación irracional de yacimientos petrolíferos.
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Asimismo, no cumplieron con sus responsabilidades fiscales y tampoco con las normas de extracción, ocasionando incendios, afectaciones agrícolas y otros daños ecológicos. Además, contaban con cuerpos armados para dominar y proteger los terrenos donde se ubicaban los yacimientos.
Una larga lucha entre las compañías del petróleo y los obreros
No sólo eso, los obreros no contaban con buenas condiciones de trabajo lo que detonó varias huelgas y movilizaciones masivas. El 27 de diciembre de 1935, se creó el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), con la intención de hacer un sindicato que representara a todos los obreros del sector.

En noviembre de 1936, dicho sindicato presento un proyecto de Contrato de Trabajo Único. Donde reclamaban medidas económicas más convenientes para ellos. En el que pedían que se estableciera la jornada semanal de cuarenta horas, pago de mejores salarios. Así como la cobertura por enfermedades y gastos por accidentes de trabajo, entre otros.
Sin embargo, lo rechazaron y hubo riesgo de huelga general. Ante la falta de acuerdos intervino el presidente Lázaro Cárdenas, y el apoyo de instituciones como la Suprema Corte de Justicia y la Junta de Conciliación y Arbitraje.
Ambas partes llegaron a un acuerdo para resolver los problemas. Meses después, los trabajadores no vieron satisfechas sus demandas. Lo que provoco una huelga general el 28 de mayo de 1937, que paralizó a la industria y sólo pudo ser detenida por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, sin dejar las demandas.

Apoyo a obreros
Las petroleras argumentaron que no contaban con recursos para cumplir las peticiones de los trabajadores. Pero una comisión de peritos concluyó que los obreros del petróleo eran peor pagados que los de otras industrias, y que las ganancias de las compañías eran muy superiores y podían cubrir las demandas de los trabajadores.
La Junta dio su sentencia de que las empresas debían pagar a los obreros según su dictamen y establecer mejores condiciones laborales. A pesar de esto, las compañías lo rechazaron y buscaron ampararse en la Suprema Corte de Justicia y con el presidente de la republica sin tener éxito. Para principios de 1938, los trabajadores suspendieron actividades otra vez.

El general Cárdenas, preocupado por esta situación, promulgó el decreto de expropiación la noche del 18 de marzo de ese año. Con un discurso célebre y a partir de entonces el petróleo paso a ser propiedad del Estado.