Lo que el tiempo se llevó
El tiempo no pasa en balde, y su paso por los recintos también sufren estragos.
La época del teatro en México cuenta con una gran historia.
El teatro en México tiene profundas raíces coloniales.
En el siglo XVI, los misioneros y colonizadores españoles introdujeron el teatro como una herramienta para la catequesis y la enseñanza religiosa.
Se realizaron las primeras representaciones teatrales en espacios como patios de conventos y catedrales.
Durante el siglo XIX, México experimentó un auge cultural y teatral.
Se construyeron varios teatros importantes, como el Teatro Nacional (1844), que se convirtió en un símbolo de la vida cultural del país.
El teatro fue una plataforma para expresar ideas políticas y sociales durante la Guerra de Reforma y la intervención francesa.
El Teatro Follies Bergere fue un teatro ubicado en las inmediaciones de la Plaza Garibaldi, popular por sus grupos musicales.
Inaugurado el 15 de octubre de 1936 por el empresario de teatro de carpas José Furstemberg.
Anteriormente llamado Teatro Garibaldi, se remodeló y se puso bajo el nombre de Follies Bergere.
Este nombre se debió al legendario recinto parisino Folies Bergere.
Durante años, se estableció como uno de los principales recintos de la capital mexicana en el teatro de revista, junto al Teatro Tívoli, el Salón Principal y el teatro Margo.
Se presentaron importantes comediantes, bailarinas, músicos y cantantes de la época, entre ellos, “Agustín Lara”, “Toña la Negra”, “Cantinflas” y “Palillo”
En 1960, el Teatro dejó de realizar funciones y tuvo que cerrar.
A causa de las obras que se realizaron en el Eje Central Lázaro Cárdenas, el Teatro Follies tuvo que ser demolido el 8 de diciembre de 1972.
A demás, se realizó una ampliación de la Plaza Garibaldi que pronto se convirtió en un Nuevo Teatro Garibaldi y otro local tomó el nombre de Nuevo Follies o Nuevo Folis.
Sin embargo, el teatro no volvió a tener el auge que en su época.
Historias que el tiempo se llevó