Era 18 de septiembre del año 1930. A las 20:00 horas la voz de Leopoldo de Samaniego fue transmitida a las casas de México. ‘La voz de América Latina desde México’ había hablado.
Por fin, lo que la prensa había prometido se cumplió. Se habían hecho pruebas diez días antes. No fue hasta el 15 de septiembre que lograron transmitir el grito independencia del presidente Pascual Ortiz Rubio. Y después, el día 18, se escuchó el Himno a la Alegría de Beethoven. Miguel Lerdo de Tejada dirigió a la Orquesta Típica de la Policía para esa transmisión.
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El fundador de la nueva estación, Emilio Azcárraga Vidaurreta nunca imagino el éxito que tendrían. Por la mañana transmitían melodramas para las amas de casa, y en la noche la melodía y voz de cantantes famosos. Entre ellos estaban Agustín Lara, Jorge Negrete, los Panchos y Pedro Vargas. Fue gracias a la XEW que Francisco Gabilondo Soler, alías Cri-cri, llegó a las casas de muchos niños mexicanos.
Tal vez a las nuevas generaciones le parezca raro. Pero para uno que no nació con internet y smartphones, la radio y su voz eran la forma de distraerse. Cuando llegó la televisión muchos creían que sería el fin para las estaciones y locutores, sin embargo, no fue así. La radio ha persistido hasta nuestra época. Porque cuando olvidas tu celular, prender el estéreo es la opción. De locutores siempre tenías a tus favoritos y hasta te sabías sus horarios. Además, si eras de los suertudos y atentos seguro llegaste a ganar alguno que otro concurso. Y era un poco frustrante no atinarle a la estación que te gustaba. Ahora ya es más fácil sintonizar tu estación favorita.
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Todo lo anterior comenzó con una sola transmisión. Cuando las notas tan familiares del xilófono se escucharon por primera vez. Y Samaniego dijo: “Amigos, esta es la XEW, la voz de América Latina desde México”.