Reflexionemos.
Tal como lo establece la Ley 24,605, un día como voy, 27 de septiembre, se conmemora este día en memoria de las personas fallecidas como consecuencia del escape de gas cianhídrico ocurrido en Avellaneda e 1993.
A lo largo de ese día, varios vecinos habían vertido en el desagüe ácido sulfúrico y sales de cianuro.
Estas, al mezclarse y quedar estancados en la red del drenaje se convirtió en gas cianhídrico.
El compuesto quedó detenido en las alcantarillas y escapó por una coladera de la casa de la familia Guim.
Fueron siete de los integrantes de esa familia quienes murieron horas después, a consecuencia de la inhalación
Tres años más tarde, el Día Nacional de la Conciencia Ambiental fue declarado en Argentina.
En México los antecedentes de la conciencia ambiental se remontan a los antiguos pobladores de estas tierras.
Ellos consideraban muy importante el cuidado de la naturaleza.
El objetivo principal es destacar la importancia fundamental de la educación ambiental en el cuidado y aprovechamiento responsable de los recursos.
De igual manera, se busca concientizar sobre el manejo de materiales dañinos para el ambiente y para la salud humana.
Esta fecha se adoptó en México para destacar la importancia de la educación ambiental.
Una conciencia ambiental incluye el conocimiento de nuestro entorno, de las causas de contaminación y degradación ambiental.
Todo esto, implica conocer qué es el ambiente, cuáles son sus problemas contemporáneos y que podemos hacer desde cada uno de nuestros lugares para revertir o mejorar las respectivas condiciones.
Se trata de tener conciencia sobre la conveniencia de actuar con respeto y compromiso en los lugares que nos toca vivir.
Teniendo siempre presente el daño que le hacemos al ambiente, nos lo hacemos a nosotros mismos y a generaciones futuras.