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Cordelia Urueta: pintora mexicana del siglo XX

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Al haber crecido en un ambiente altamente artístico, Cordelia Urueta pasó su vida expresándose a través del arte

Jesús Urueta Siqueiros fue el padre de Cordelia Urueta. Más que eso, fue el principal impulsor de su vocación; y la pérdida que más le afectó en años venideros.

Cordelia nació en Coyoacán el 16 de septiembre de 1908. Demasiado pequeña para entender la magnitud de la revolución que estalló en su infancia; dibujaba las pinturas u obras que encontraba en los libros.

Su familia estaba repleta de artistas y creadores. Su madre era sobrina de Justo Sierra; y Cordelia misma era la prima de David Alfaro Siqueiros por parte de su padre. Además, su hermana Margarita escribió novelas, ensayos y obras de teatro; y su hermano Santiago Eduardo, Chano, era actor, guionista y director de cine.

Vivieron un tiempo en Buenos Aires; pues a Don Jesús Urueta le ofrecieron un trabajo importante. Sin embargo, tras su fallecimiento, la familia volvió a México. Esto ocasionó graves efectos en la salud de Cordelia; quien llevó un duelo particularmente largo y difícil por la pérdida de su padre, al grado de padecer anemia.

Esta situación orilló a su madre a buscar maneras de levantarle el ánimo o ayudarle; así que en 1929 ambas viajaron a Nueva York bajo pretexto de cambiar un poco el escenario del día a día de Cordelia y visitar a familiares. Es entonces cuando José Juan Tablada le presenta a Alma Reed; una periodista conocida por dar difusión a los talentos nuevos, sobre todo mexicanos. A raíz de esto, tras una exposición donde su trabajo estuvo junto a Rufino Tamayo y José Clemente Orozco; el trabajo de Cordelia Urueta comienza a ser reconocido.

Después de una pausa debido a situaciones de salud, Cordelia se incorporó a la Secretaría de Educación Pública como profesora de arte. Comenzó a codearse con grandes pintores y artistas y a aprender de ellos. En 1938 incluso aceptó contraer matrimonio con Gustavo Montoya; uno de los pintores cuyo trabajo más le había interesado.

Viajaron a París y pasaron tiempo con el primo de Cordelia, David Alfaro Siqueiros, pero volvieron a México antes de la Segunda Guerra Mundial. En 1950 abrió una exposición en el Salón de la Plástica Mexicana, del cual fue cofundadora, alentada por Gerardo Murillo, el Dr. Atl. Aun así, se dice que sus mejores obras y su temporada de mayor éxito sucedió alrededor del inicio de la década de los sesenta.

Cordelia Urueta falleció en noviembre de 1995, debido a complicaciones de salud. Parte de su trabajo puede hallarse en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México. Ella descansa en el Panteón Jardín.