La peregrinación de sal es un ritual/tradición del estado de Sonora. El pueblo del o’odham o La gente del desierto, es una comunidad milenaria seminómada agrícola. En tiempos precolombinos fue una sociedad bastante extensa y expandida en un gran territorio.
Con venta de la Mesilla en 1853, la comunidad se vio obligada a dividirse junto con la frontera. Por esta razón, familias y territorio quedaron divididos en dos: los que habitan en Arizona, Estados Unidos y los de Sonora, en México; pero la mayoría está en Estados Unidos, aunque la zona de la nación indígena es transfronteriza.
Las actuales generaciones de la comunidad de o’odham son las responsables de mantener en pie la cultura ancestral y tradiciones. La más importante para la comunidad es la tradicional ceremonia del peregrinaje por el sendero de la sal, también conocida como La peregrinación de la sal.
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Una ruta agotadora
El destino de esta ceremonia es el Mar de Cortés. Se pasa a través de El Pinacate que, geográficamente, se encuentra en el desierto de Sonora.
Esta peregrinación es llevada a cabo sólo por habitantes del lado mexicano de esta comunidad. Aún así, varios integrantes de Arizona vienen para poder llevarla a cabo.
El objetivo es regresar a sus comunidades con sal, que para el o’odham es un elemento sagrado e indispensable para la vida diaria. Es utilizado para mantener los alimentos, hidratar al ganado y curtir pieles. Durante el trayecto se realizan rituales con los que obtienen la sal.
La peregrinación de la Sal es un rito de iniciación a la adultez. Consiste en una caminata de casi 500 kilómetros de jóvenes que están por empezar el ciclo de la vida adulta. Estos jóvenes se preparan física y espiritualmente para emprender el viaje, en el cual tendrán que aguantar temperaturas extremas, así como tener un gran conocimiento del desierto.