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5 animales sagrados para las culturas prehispánicas

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“Si realmente amas la naturaleza, encontrarás la belleza en todas partes” profesaba el famoso pintor Vincent Van Gogh. Pero antes de él, mucho antes de la existencia del holandés, las civilizaciones que se desarrollaron en México ya tenían una visión de respeto y amor por la madre tierra.

Para nuestros antepasados prehispánicos, la naturaleza proveía de todo lo que conocían y el cuidado de lo que les regalaba era una forma de vida. En el caso particular de los animales, las antiguas culturas comenzaron a dominarlos, para que de forma mágica lograran atrapar su esencia o espíritu, fue así que el ser humano dio el primer paso en el camino donde los animales formaron parte del pensamiento mágico religioso.

En las culturas prehispánicas había algunos animales que jugaron un rol más importante, muchos de ellos eran considerados sagrados ya fuera por su belleza, su carácter, su fortaleza o su imponencia.

EL JAGUAR

5 animales sagrados para las culturas prehispanicas

Los jaguares simbolizaban la noche o con el señor del inframundo y se le asociaba con los hombres más importantes, como los gobernantes, sacerdotes, hechiceros y con los dioses mismos. Los nahuas lo llamaban Ocelotl y los mayas Balam.

Al jaguar se le adjudicaba una estrecha relación con el dios Tezcatlipoca. En los mitos de creación este numen fue el primer sol, que al ser desplazado por Quetzalcóatl se convirtió en jaguar. Otra de las asociaciones que tiene con el mundo divino es que el felino era la representación del dios Tepeyólotl (Corazón del monte).

Los primeros en representarlo fueron los Olmecas quienes se cree se consideraban descendentes del jaguar, ya que colocaban rasgos de felino a las representaciones humana como: las manchas, las cejas, las garras y huellas del jaguar. Ellos lo identificaban como la unión del cielo con la tierra, símbolo de la totalidad.

De igual manera sobresale la figura de este animal en el arte escultórico de las zonas arqueológicas Tres Zapotes, La Venta y San Lorenzo.

En Teotihuacán este animal se representaba con atributos de otros animales como aves o serpientes. Y también es el animal más representado en las ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlán.

Es una de las criaturas más importantes del panteón de los animales sagrados.

EL ÁGUILA

Se le veneraba por su gran fortaleza y su dominio del cielo. Los nahuas lo llamaban Cuauhtli.

En la cosmovisión prehispánica el águila esta estrechamente relacionada con el sol, se cree que por la majestuosidad con la que vuela delante del astro. Al igual que el jaguar, su contraparte, se le asocia con la creación del mundo.

La cultura Teotihuacana, el lugar en el que la Luna y el Sol fueron creados, se contaba que el águila pasó por la hoguera en la que los dioses se sacrificaron y se convirtieron en los astros que habitaban el cielo. Al pasar por la hoguera, algunas de sus plumas se quemaron, se creía que esa era la razón por la que era de color café con negra.

Las plumas de esta ave eran elementos muy importantes en los atavíos de los personajes de la élite mexica.

EL QUETZAL

Se considera una de las aves más hermosas de América. Y en el mundo prehispánico era asociado con el gran dios Quetzalcóatl.

Los mayas lo consideraban símbolo de la vida, la fertilidad y la abundancia. Y lo asociaban con el son el sol, ya que sus plumas rojas representaban las flechas del astro. Todo lo que estuviera decorado con sus plumas era imagen de poder y riqueza ilimitados. Incluso, las plumas eran utilizadas como moneda.

Estas aves eran tan importantes en el mundo prehispánico que cazarlos o capturarlos en la cultura maya constituía una gran ofensa que solo se podía pagar con la muerte.

La representación estética del ave la realizaban los teotihuacanos sobretodo en la representación mítica de Quetzalcóatl conformado por quetzal (pájaro) y coatl (serpiente). La serpiente con emplumada simbolizaba el profundo e intricado mundo filosófico.

De igual manera, las imágenes del quetzal en Teotihuacán solo podían  apreciarse en las casas de las personas de alto rango social.

LA SERPIENTE

Es uno de los tres animales más importantes en Mesoamérica. Cóatl (serpiente) es el nombre del quinto día de la veintena o mes. Su relevancia data de épocas remotas, sobretodo en el auge de Teotihuacán.

Era considerada el símbolo de la Tierra, de lo material y de la sabiduría. Se relacionaba con la vegetación, el poder y el linaje, todo quedaba evidenciado en la arquitectura de las grandes urbes prehispánicas.

En la zona maya se referían a la serpiente de cascabel como la encarnación terrestre del sol. La forma circular del cascabel era identificada como “carita solar”.

Algunas representaciones divinas de la serpiente radican en Coatlicue, madre de Huitzilopochtli, que tenía serpientes en su falda. Otra de ellas es la xiuhcóatl identificada como el arma de Huitzilopochtli y la más compleja y famosa de todas Quetzalcóatl, la serpiente emplumada.

En el Altiplano Central, la serpiente era un signo de buena fortuna.

MARIPOSA DE OBSIADIANA

De gran belleza natural, es uno de los animales míticos de gran relevancia. Representaba el nahui-ollin (quinto sol de la edad de la Tierra) y era una alegoría del fuego, el alma y el movimiento.

Se tenía la creencia de que las almas de los guerreros muertos se convertían en pájaros o mariposas. Otras representaciones divinas de la mariposa se atribuían a las tribus chichimecas, compañera del dios Mixcóatl (culebra de nubes) y la diosa de Tamoanchan (lugar de nuestro origen).

De igual manera, cuando la mariposa acompañaba a los señores del día en el Tonalpohualli tenía asociaciones astronómicas y calendáricas.

Como ves, en el México prehispánico la flora y la fauna eran elementos de suma importancia. Eran representaciones míticas y divinas de muchas de las actividades de la vida diaria de nuestros antepasados. Lo mismo eran símbolo de los dioses que de la vida, la muerta, el lenguaje, el cielo y la tierra.