Arqueólogos encontraron un tesoro de sacrificios aztecas en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Esto podría revelar la ubicación de la tumba de un emperador azteca.
Entre los hallazgos, además del tesoro, se encontró un jaguar vestido como guerrero, adornado con piedras preciosas. Esto podría representar al rey Ahuitzotl, de quien se cree es la tumba. Aún queda por afirmar esta teoría, pues sólo se ha excavado una décima parte del contenido de la caja.
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En las ofrendas de sacrificio se encontró un niño pequeño, vestido en honor al dios de la guerra y la deidad solar azteca.
Se cree que las ofrendas se depositaron gracias a los sacerdotes aztecas hace más de cinco siglos en una plataforma circular y ritual, una vez ubicada frente al templo, donde los primeros relatos históricos describen el lugar como el descanso final de los reyes aztecas.
El arqueólogo principal, Leonardo López Lujan mencionó: “Nunca hemos hallado eso y tenemos ahora la enorme expectativa. Suponemos que conforme vayamos profundizando vamos a seguir encontrando objetos muy ricos».
Originalmente, el Templo Mayor era tan alto como una pirámide de 15 pisos, antes de ser arrasado junto con el resto de la capital azteca de Tenochtitlan, después de la conquista española de México en 1521.
Ampliado por cada rey azteca, se creía que el santuario estaba en el centro del universo, coronado por dos templos más pequeños, uno en el lado norte dedicado al dios de la lluvia Tláloc y uno en el sur, dedicado a Huitzilopochtil.
Esperemos que las investigaciones continúen a pesar de las dificultades prácticas y económicas que pesan sobre los arqueólogos. Pues aún nos falta descubrir mucha de nuestra historia.
Fotos: Reuters