Nacido hace 83 años, Ignacio López Tarso es una de las imágenes icónicas de nuestro cine y televisión del siglo XX. Su carrera inició en la Compañía de Teatro Estudiantil Autónomo y formó parte de la compañía de Teatro Clásico de México, donde interpretó un repertorio de obras del teatro clásico español, como La Celestina de Fernando de Rojas y Las mocedades del Cid de Guillén de Castro. Su vida es digna de revivirse una y otra vez aunque el primer actor diga que es aburrida para llevarla a la pantalla chica con una serie de televisión pero mientras te compartimos 5 películas para revivir su carrera:
Macario (1960), de Roberto Gavaldón
Macario, un aldeano sumamente pobre que tiene esposa y varios hijos, se dedica a vender leña en el pueblo. Harto de una vida de privaciones y apuros, manifiesta que su mayor anhelo es poder comerse él solo un pavo, sin tener que compartirlo con nadie. Su esposa, confidente de tan profundo deseo, un día roba uno de la granja de una familia rica. Cuando Macario se dispone a comérselo, Dios, el Diablo y la Muerte se le aparecen para pedirle que lo comparta.
Los albañiles (1976), de Jorge Fons
El velador de una construcción es asesinado. Los albañiles Pérez y El patotas culpan al plomero Isidro que frecuentaba al velador y se drogaba con él. La policía encuentra a todos con motivos para haber asesinado al velador, por hurtos y engaños que encubría, un regaño del ingeniero a su hijo por construir unas columnas que se cayeron y otras de las que fue testigo, como conciencia del grupo, pero no encuentran al verdadero culpable. Llega otro velador con su familia.
El hombre de papel (1962), de Ismael Rodríguez
Basada en una historia de Luis Spota, la película gira alrededor de las vicisitudes de un pepenador mudo que al encontrar un billete de 10 000 pesos, desencadena la codicia de quienes lo rodean.
El profeta Mimí (1972), de José Estrada
El evangelista o el escritor de cartas para analfabetos Ángel, apodado Mimí. Por su afición a escuchar la sinfonía Bohemia de Puccini, mata prostitutas motivado por el recuerdo de su padre acariciando a una mujerzuela frente a su madre. Ál mata a su padre y a la mujer, pero su madre se culpó y fue a la cárcel donde crío y educó a Ángel. Ál se enamora de su vecina la secretaria Rosa, quien lo lleva a escuchar el sermón del predicador Mackenzie sobre el amor y el odio. Empujada por su amante Federico, Rosa cae en la prostitución, por lo que Ángel la mata recitando las palabras del predicador.
El gallo de oro (1964), de Roberto Gavaldón
El humilde pregonero Dionisio recibe un gallo dorado moribundo al cual logra revivir con sus cuidados. Al jugarlo en la feria de San Juan del Río, el gallo vence a uno del gallero Lorenzo Benavides, figura importante de los palenques y amante de “la Caponera”. Impresionado por la mujer, Dionisio le atribuye una influencia mágica en su victoria. Lorenzo intenta por todos los medios comprarle el gallo a Dionisio pero éste se niega. Sólo el poder de seducción de “la Caponera” logrará convencerlo.