Silla Acapulco, un diseño trascendental desde 1950

Son los años 50, es verano y por fortuna alcanzaste una habitación en el Resort Pacífico Acapulco. Sí, el sueño de cualquier turista y celebridad. Después de una larga caminata en la playa, vas por los pasillos del hotel con la esperanza de encontrarte a la hermosa Elizabeth Taylor, o al gran Frank Sinatra. Dedicarles al menos una sonrisa y si eres muy atrevido, pedirles una foto. Pero no, no los encuentras, llegas a tu habitación y decides descansar en la terraza. Qué bonito es vivir, ¡caray!. Y, sin notarlo, te duermes en esa cómoda silla Acapulco.

Ah sí, esas famosas sillas de plástico y metal que ves en todos lados, jardines, playas, casas y hasta cuando las venden en las calles de la ciudad. Pues esas sillas tienen más historia y más antigüedad que tú. Su origen viene de la década de los 50, cuándo Acapulco estaba en su apogeo y era EL LUGAR.

Pues gracias a esta época de bastante turismo extranjero, la silla Acapulco se volvió una sensación internacional. Y es que, debemos admitir, es bastante cómoda. Su diseño es perfecto para los días calurosos, pues su red permite la ventilación, cosa que uno agradece.

Te recomendamos: “Pulque y curado, del mismo origen pero ¿conoces sus diferencias?”

Diseño popular de la Silla Acapulco

¿Y de quién es este diseño tan popular? Quién sabe. Sabemos que proviene de Acapulco, por eso el nombre, pero en cuanto a alguien específico, sólo podemos decir que fueron los artesanos. Y cómo no tiene creador, no hay derechos, por lo que cualquiera puede producir y vender la silla sin ningún problema.

Este tipo de diseños se les llama vernáculos, quiere decir que son propios de un país o una cultura. Por ejemplo, las chozas de las tribus de África se le clasifica como arquitectura vernácula por que no pertenecen a una corriente, ni hay un diseñador específico.

Entonces, por más modificaciones que le haga a la silla Acapulco, nunca podrán negar su origen 100% mexicano.

FOTO PRINCIPAL: BODEGA DE MUEBLES