Bosques verdes, imponentes barrancas, cascadas que te hacen suspirar. Se trata de la Sierra Tarahumara, territorio que pertenece a los rarámuris, la ‘gente de los pies ligeros’.
La Sierra está al norte del país, corresponde al sistema montañoso de la Sierra Madre Occidental, en Chihuahua. Y tienen una riqueza cultural e histórica bastante extensa.
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Tierra ancestral
En la sierra existen pueblos y regiones donde es posible realizar actividades ecoturísticas. Desde las más tranquilas como paseos en bicicleta, caminatas, avistamiento de aves, hasta algo más extremo como escalar.
Algunos de los paisajes naturales que se encuentran aquí son: la Cascada de Basaseachi, un lugar legendario. También están las Barrancas del Cobre, una zona que es cuatro veces más grande que el gran Cañón de Colorado. Y el Valle de los monjes definitivamente te dejará con la boca abierta con la curiosa forma de sus gigantes rocas.
Una forma de viajar por la Sierra Tarahumara es a través del tren Chepe, la recorre de extremo a extremo.
Los de los pies ligeros
Los tarahumaras luchan por conservar sus raíces y lo han logrado mucho mejor que otras culturas. También se les conoce como la gente de los pies ligeros porque acostumbran corren y son realmente veloces. Pero lo más asombroso, es que lo hacen ¡en sandalias!
Esta cultura es muy espiritual, prueba de ello son su danzas y rituales. De hecho, en las comunidades de San Ignacio Arareko, Cuzárare, Basíhuare y Norogachi, podrás conocer más de su cultura ancestral. E incluso, sus tradiciones durante Semana Santa son famosas. Un ejemplo es la fiesta de Awilachi, en la que se llenan de música por tres días y luego bailan alrededor de una cruz.
Existen otras tradiciones y bailes que realizan para pedir la salud de sus integrantes, para agradecer y pedir buenas cosechas. Así como para realizar bendiciones o alejar malos espíritus y enfermedades.
Su juego típico es el rarajipari, que consiste en patear una bola y correr tras ella sin calzado. Otro juego es el rowena, que sólo es para las mujeres. Todavía, en la mayoría de las comunidades, esta cultura, conserva su vestimenta original.
Además de veloces, los rarámuris se dedican a la agricultura y ganadería. Pero también son excelentes con las artesanías y el pinole. Por lo que se dedican a vender hermosos canastos de hoja de pino, vasijas, ollas de barro y las famosas muñecas tarahumaras. Así que no te olvides de visitarlos y llevarte alguna de sus piezas. Estarías apoyando su economía.
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FOTO PRINCIPAL: REVISTA TQV