Por Erika González Reyes
El pueblo de Val´Quirico, en el estado de Tlaxcala, combina para sus visitantes el entorno natural y la magia de los poblados mexicanos.
Las casas, comercios, jardines y un pequeño zócalo de este acogedor pueblo están construidos con un estilo arquitectónico basado en materiales como la piedra y la madera, candelabros y farolas rústicas.
Los visitantes nacionales o extranjeros pueden pasear por las calles empedradas y pasar un rato apacible en los bares y restaurantes especializados en comida internacional y exótica, siempre en un ambiente familiar, incluso acompañados de sus mascotas.
Val’ Quirico ofrece además alojamiento en exclusivas suites ubicadas en la plazuela del pueblo, exposiciones en su galería de arte y renta de bicicletas para recorrer con mayor comodidad el lugar.
Al puro estilo de la toscana, la plaza principal se engalana con espacios al aire libre que permiten saborear los platillos más representativos de las comidas francesa, española, italiana, africana y mexicana, así como de vinos de las mejores regiones del mundo, mientras “artistas urbanos” deslizan sus dedos por un saxofón o una guitarra.
Los niños también se divierten en este lugar, pues tanto los restaurantes como algunas áreas del pueblo fueron acondicionados con juegos infantiles del mismo estilo rústico para entretener a los pequeños del hogar.
Para los capitalinos, este poblado es una opción muy atractiva y accesible pues queda a dos horas de trayecto, a sólo unos minutos de Puebla y de las zonas arqueológicas de Cacaxtla y Xochitécatl, en el municipio tlaxcalteco de San Miguel del Milagro.
Para llegar a Val’Quirico “no hay pierde”, pues se toma la autopista México-Puebla y pasando San Martín Texmelucan se sale a la desviación a la carretera Xoxtla Santa Isabel Tetlatlauhca, en el municipio de Nativitas.
Si la tarde aún es joven es recomendable terminar el recorrido con una caminata por las zonas arqueológicas de Xochitécatl, que significa “lugar del linaje de las flores”, y Cacaxtla o “lugar de cacaxtles”, que son armazones indígenas empleados para transportar productos.
En una hora es posible recorrer estos vestigios prehispánicos localizados en el valle de Puebla-Tlaxcala, planificado y construido hacia 800 antes de Cristo.
El diseño urbano de Cacaxtla fue adaptado no sólo a los momentos históricos o constructivos, sino también a una lógica visual pues están dirigidos al Popocatépetl.
Los restos en reconstrucción de la vieja pirámide posee un gran centro cívico-religioso, palacios, templos, casa de elite, áreas de almacenamiento y diversas unidades habitacionales, y para comodidad del paseante, está comunicada por un andador con Xochitécatl, desde cuya cúspide se puede dimensionar la majestuosidad del estado de Tlaxcala.