El rincón más dulce del estado.
Morelia, capital del estado de Michoacán, cuenta con un sinfín de atractivos turísticos y sin duda, uno de ellos son sus dulces.
La mejor opción para apreciarlos, es acudiendo al Museo del Dulce, sitio que reúne más de 300 productos de exquisita procedencia.
Para el deleite de todos los paladares, la antigua Valladolid, es un sitio perfecto para degustar una gran variedad de golosinas.
Uno de los manjares más exquisitos producidos aquí es el conocido rompope.
Una tradición de miles de monjas enclaustradas en los conventos morelianos durante el virreinato.
Ya sean las Dominicas del convento de Santa Rosa de Lima o las de la Congregación de Santa Catarina de Miér, en Pátzcuaro.
Este Museo del Dulce cuenta con diversas salas, en las que destaca una galería con más de 130 fotografías de la antigua Morelia.
Otra de las salas funciona como sala de cine.
Aquí se proyecta la historia del dulce desde tiempos prehispánicos y hasta después de la conquista.
Bajo la experimentada y amena plática de sus guías, el visitante puede adentrarse en la más selecta confitería michoacana.
A demás, los guías y demás personal se encuentran caracterizados como personas de época.
Es dentro de una vieja casona típica en donde cada rincón nos remonta a la época colonial.
En una de las salas podremos encontrar una exhibición a escala muy pequeñita sobre el proceso de la elaboración del membrillo.
Pero lo que te sorprenderá de la última sala será que verás en tamaño real las piezas que se utilizaban para este proceso.
Sin embargo, una de las salas favoritas de los visitantes es en donde enseñan a preparar dulce de membrillo.
Paso a paso se da una demostración de la elaboración de este dulce característico de la región.
Podrás adquirir todos los productos, desde ate, hasta el famoso rompope y porque no llevar una canasta de diversos dulces a tus familiares y amigos.