“Escribir historias fue mi manera de desahogarme”… Diseñaba una joya y le escribía una historia que era parte de mi vida, era la manera de ir sanando cada herida…
Claudia Hernández forma parte de la primera generación de Nunayú, una alternativa laboral que se comenzó a capacitar mujeres sobrevivientes del sexo servicio del sector rojo de la Ciudad de México. Esta semana en nuestra sección México por mexicanos te contamos la historia de estas mexicanas vulnerables que cuentan a través de la elaboración de joyas sus historias de vida.
Nunayú comenzó como como un proyecto en el sector rojo de la CDMX donde se centra la mayor problemática de tráfico humano. Nació el 6 de abril del año 2015, con el propósito de dar una alternativa laboral a mujeres sobrevivientes del sexo servicio, mujeres que un día fueron niñas captadas, despojadas de su libertad y su capacidad para soñar, olvidadas por las autoridades y la sociedad, mujeres que por falta de oportunidades, falta de experiencia laboral en algún oficio y bajo nivel educativo, se encuentran sin poder acceder a otras alternativas de empleo.
Actualmente Nunayú es una empresa innovadora en México, la primera empresa con un enfoque social. Son mujeres dispuestas a cambiar su destino y ser parte de la creación de los cimientos de una fuente de trabajo que pretende llevar libertad a más mujeres de este sector vulnerable a través de la elaboración de accesorios de moda, específicamente bisutería en plata y chapa de oro.
“La mayoría de los proyectos en México que luchan contra el tráfico humano se dedican a rescatar víctimas. Cuando hablamos de un tema de víctimas, hablamos de mujeres jóvenes que son captadas, pero a veces se nos olvida que hay mujeres que nunca fueron rescatadas, que fueron olvidadas por la sociedad, que fueron olvidadas por las autoridades y que aprendieron a vivir en este medio de la prostitución”, dijo Claudia.
Dichas mujeres no solamente fueron abandonadas por la sociedad, sino por sus propias familias y por sus propios padrotes…
“Dentro de la prostitución llega un momento que ya no somos “productivas”, y empiezas a perder valor. El padrote piensa que es mejor ya no tenerte para no mantenerte y te deja libre. Yo siempre he dicho que existen dos tipos de libertad, la física y la mental. Pudieron volver a una libertad física pero quedaron esclavizadas en esa forma de vida. Nunayú diseño un programa donde ellas puedan volverse libres también emocionalmente”, anotó Claudia.
Además de dar una alternativa laboral, Nunayú busca ser una plataforma de crecimiento personal y profesional para mujeres víctimas y sobrevivientes del tráfico humano, formar parte de su libertad mental y/o emocional, así como contribuir a la recreación y recuperación de la personalidad de estas mujeres y reintegrarlas con valores supremos a través de proporcionarles atención integral que incluye atención psicológica, atención social, capacitación laboral y educativa, contribuyendo con esto a una mejor sociedad.
Nunayú es parte activa de vidas inspiradoras que inspiran más vidas.