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Monumentos mexicanos: El ingenioso Caballito de Reforma

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Muchos lo llaman armastote, otros aseguran que esta pieza que se yergue sobre Paseo de la Reforma es la creación del artista consentido del expresidente Carlos Salinas. La realidad es que “El Caballito” es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de México. ¿Quién puede pasar por alto la escultura amarilla de 28 metros de alto?

¡Conozcamos más!

La cabeza de corcel conocida también como “El Caballito de Sebastián”, es una obra de acero creada por el escultor Sebastián cuyo nombre real es Enrique Carbajal. Se inauguró el 15 de enero de 1992 y tenía dos objetivos principales, el primero era sustituir a “El Caballito” de Manuel Tolsá, obra que actualmente encuentra afuera del Palacio de Minería. Y el segundo, ser una chimenea que disipara los vapores del drenaje profundo. Su escultor explicaba en una entrevista a Proceso de 1991 que…

“Pasaba uno por ahí y le daban ganas de vomitar”, dice, pero “a 28 metros de altura los vapores ya no son tan molestos ni tan agresivos.”

monumentos mexicanos el ingenioso caballito de reforma_

Un poco más de historia

Si durante la lectura te preguntaste cómo era El caballito de Tolsá y por qué lo sustituyeron por la estatua amarilla con cabeza de caballo, te lo contaré con más detalle.

Su nombre era Estatua ecuestre de Carlos IV y era una pieza de bronce creada en honor a dicho rey español. Fue creada con las manos del escultor y arquitecto Manuel Toslá coordinador de la obra y de don Juan Antonio González Velázquez director de la Academia de San Carlos, encargado de realizar los planos de alzado de la planta, balaustrado, rejas y adornos.

Ante la falta de presupuesto, se realizaron corridas de toros para poder llevar a cabo la obra. Con tales espectáculos lograron recaudar 50 mil pesos más de los 18,700 pesos que requería para la escultura.

El Caballito fue colocada en el Zócalo, pero tras la guerra de Independencia y por sus antecedentes con la corona española se movió al claustro de la Universidad, en aquel entonces situada donde hoy se levanta el edificio de la Suprema Corte de Justicia.

Mariano Arista decidió darle vida y belleza al Paseo de Bucareli por lo que la famosa obra ecuestre llegó a la glorieta de Reforma. En mayo de 1979, se encontró el lugar ideal para que reposara permanentemente. La obra fue colocada en la calle de Tacuba frente al Palacio de Minería en la plaza que lleva el nombre de su creador.

De regreso a la “Cabeza de caballo amarilla de Reforma”

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Con el rápido crecimiento de la ciudad, se creó un drenaje profundo que requería de un respiradero, pero que no afectara negativamente la imagen del paseo de la Reforma. La solución vino de la mano del escultor chihuahuense Enrique Carbajal, mejor conocido como Sebastián.

El encargo de Max Hadad, dueño del edificio identificado como “El Caballito”, era simple, quería una escultura monumental que reemplazará a El Caballito de Tolsá y que funcionara como respiradero. Las limitaciones eran que la escultura fuera cilíndrica de 28 metros de alto por 10 de diámetro para disipar con facilidad los vapores del drenaje profundo.

Para Sebastián significó todo un reto, para el artista era significativo reemplazar la emblemática obra de Manuel Toslá, por lo que decidió hacer un paralelo en el concepto plástico. Contaba en una entrevista a Proceso en 1991, que la estatua de Carlos IV “significaba la conquista, la dominación, y eso no me gusta: el caballo de Carlos IV está pisando el símbolo de las armas prehispánicas, un carcaj, el escudo con las lanzas.” Por lo que su obra, no está pisando nada, no tiene jinete y sólo es la evocación de la cabeza del animal.

La escultura inaugurada en enero de 1992 ha desatado polémica desde ese día. Es uno de los monumentos referentes de la capital del país, pero no es del gusto de todas las personas que lo ven. Profesa el dicho que cada cabeza es un mundo y cada opinión es válida, ¿tú qué piensas sobre este monumento?