Entre los cráteres que se convirtieron en lagos en el Eje Neovolcánico Transversal está la laguna de Atexcac. Su belleza destaca en el paisaje gracias a sus aguas color turquesa y la tranquilidad que reina en el lugar.
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De cráter a laguna color turquesa
Dentro del Eje Neovolcánico que va de Puebla a Veracruz hay algunos lagos que se formaron en cráteres de volcanes apagados. A estos lugares se les conoce como axalapascos o maares y se formaron hace miles de años. Pero de todos los que hay en la zona, resalta la laguna de Atexcac, que se ubica en Puebla.
Su nombre quiere decir “en las aguas escarpadas”. Esta laguna sobresale por sus aguas color turquesa que con la luz de sol crean efectos dignos de observar. Además, sus aguas tienen un alto nivel de salinidad y azufre, cuyo olor lo notarás en cuanto te acerques.
No es tan fácil llegar a ella porque a su alrededor hay pendientes muy pronunciadas. Solamente, se puede seguir un camino al borde del cráter, que desciende aproximadamente 100 metros. Más o menos es un recorrido de 30 minutos.
Esta laguna alcanza una profundidad de 39.1 metros. Aunque en realidad no se puede nadar en ella, ya que la temperatura del agua es muy baja.
Laguna de Atexcac, solitaria y misteriosa
Además de tener gozar de una belleza extraordinaria, la laguna de Atexcac es un lugar que inspira leyendas. Una de ellas cuenta que ahí habita una sirena de cabello largo y plateado que sólo sale de noche. Se dice que su canto hipnotiza a los hombres que la escuchan y se los lleva a las profundidades.
Debido a que es un lugar de difícil acceso por su ubicación, es poco concurrido, pero vale la pena verlo por ti mismo. Sin duda, la laguna de Atexcac es un paisaje de ensueño que te envolverá con su magia y misticismo natural.
FOTO PRINCIPAL: TWITTER FER GARCI-CRESPO