En México contamos con una amplia oferta de postres y dulces para todos los gustos. Pero hay algunos que son poco conocidos y que merecen ser recordados. Un ejemplo son las lagrimitas de anís, unas ricas golosinas que llevan años de tradición y que luchan por sobrevivir.
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Lagrimitas que saben a felicidad
Su nombre tiene que ver con su forma de gota, y son pequeñas gomitas elaboradas de azúcar con relleno de anís.
El sabor de las gomitas es muy especial, porque nos regresan en el tiempo a la época de nuestros abuelos. Además, su dulzura reanima nuestro organismo gracias a la energía que nos proporciona. Por lo que, en cada gomita, podríamos decir que hay una gotita de felicidad.

Hay de diferentes sabores, como limón, cereza, naranja y menta. Aunque, hoy en día son un poco olvidadas, todavía es posible encontrarlas en algunas dulcerías mexicanas y en fiestas populares.
Preparar las lagrimitas de anís es un proceso laborioso. Para ello, se utiliza un molde y necesitan conseguirse muchas capas para que el centro sea líquido.
Dulces con raíces coloniales
Como muchos dulces típicos mexicanos, las lagrimitas son resultado de la combinación de ingredientes y técnicas en la época colonial.
Durante la época prehispánica, los alimentos se endulzaban con miel, pero con la llegada de los españoles, se introdujo la caña de azúcar. De esta manera, surgió una gran variedad de dulces tradicionales, con técnicas europeas, pero adaptándose a los sabores y frutas nacionales.

Como sabrás, gran parte de los dulces típicos de México nacieron en los conventos, y las monjas se encargaban de distribuirlos. Poco a poco se extendió la popularidad de muchos de ellos, incluyendo las lagrimitas.
Sin embargo, actualmente, las lagrimitas de anís están quedando en el olvido o son poco conocidas. Así que si las llegas a ver en dulcerías, puestos o en los pueblitos, ¡no dudes en comprarlas!
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